Aunque hace pocos días asumió al frente del Ministerio de Salud de la Nación, Jorge Lemus realiza un diagnóstico claro de la situación. Sabe que recibe un sistema de salud fragmentado, con enormes desigualdades en el acceso a los servicios de salud y la calidad de las prestaciones. El cargo es un desafío para este médico especialista en epidemiología de 67 años que fue ministro de Salud porteño y director del Hospital Fernández. “Nuestra estrategia va a ser, como quiere el presidente, el diálogo y el consenso, crear alianzas estratégicas. Estamos detrás de un pacto federal en salud y avanzar sobre reformas”, le dijo a PERFIL Lemus, ya instalado en su despacho del histórico edificio de Obras y Servicios Públicos, sobre la avenida 9 de Julio.
—La Argentina tiene un sistema de salud fragmentado que no es eficiente y tiene un alto costo. ¿Cómo se resuelve?
—Es cierto que tenemos un sistema muy fragmentado, con tres subsectores: público, privado y la seguridad social, y también el PAMI que se comporta como un cuarto sector. Además, se fue armando lentamente en los últimos años un quinto sector donde están las leyes dirigidas a una enfermedad y también los amparos. Es un sistema muy complejo, con altos costos de transacción. Hay gente que tiene cinco coberturas y otra ninguna. Estamos detrás de un sistema más integrado, donde haya alianzas público-privadas con competencias reguladas por el Estado. A partir de ahí, queremos lograr una cobertura universal de salud, algo que ya hicimos en la Ciudad de Buenos Aires. A cada persona que no tiene cobertura le damos un documento nacional y con eso se puede atender en el sistema público. ¿Qué diferencia hay con ir al hospital? Si bien puede ser que el efector sea el mismo, si el paciente necesita alguna otra cosa el Estado se lo reconoce.
—Se anunció la creación de una Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías. ¿Cuál será su función? ¿Va a reemplazar a la Anmat?
—No, la Anmat tiene la tarea de aprobar tal o cual droga. Por el contrario, la Agencia va a definir cuáles son las reales indicaciones de medicamentos, aparatos e incluso procedimientos. Puede ser que se permita vender un producto pero que no sirva para determinada etapa de una enfermedad. La Agencia nos va a decir cuál es la evidencia científica para la aplicación de ese medicamento o procedimiento. Va a estar conformada por expertos que cada vez que se presente un avance van a decidir en qué casos se usa y, fundamentalmente, si la solidaridad lo va a cubrir o no. Eso tiene una aplicación directa sobre la actualización constante del plan médico obligatorio (PMO). Con eso también nos evitamos la judicialización de los casos.
—¿Se va a controlar también la calidad de la atención en salud?
—Ese es un tema muy importante porque si bien la cobertura universal logra una accesibilidad, el problema está en que haya equidad. Ahí tenemos que avanzar fuertemente en certificación y recertificación con universidades y la Academia Nacional de Medicina. Otro eje es la atención primaria de la salud. No se trata sólo de construir centros de salud sino de reorganizar el sistema. Tenemos que formar una red de servicios y la estructura necesaria, incluso con acuerdos público-privados. Nuestro primer objetivo es tener un sistema de salud en el AMBA para que la gente no tenga que venir a atenderse a la ciudad de Buenos Aires. En eso ya lo estamos trabajando, empezando por el servicio de emergencias. Queremos apoyar a las provincias para que todas tengan un equivalente al SAME.
—Hoy no hay estadísticas confiables en salud. ¿Cómo se revierte esta situación?
—Estamos elevando el nivel de la Dirección Nacional de Epidemiología y dándole un rol más importante. Si nosotros no sabemos lo que pasa, es muy difícil tomar decisiones. Tenemos buenas estadísticas de mortalidad pero no tanto de morbimortalidad y ninguna de cómo funciona el sistema. Estamos trayendo nuevas tecnologías de la información en salud. Tenemos que rearmar todo el sistema, extenderlo y crear nuevos indicadores.
—En muchos hospitales faltan enfermeras y algunas especialidades. ¿Cómo formar más recurso humano?
—Salud es recurso-humano-dependiente. Uno puede tener buena estructura, aparatos, pero si no tiene el equipo de salud está perdido. Tenemos algunos problemas graves de recursos humanos: faltan enfermeros, médicos generalistas, anestesiólogos y neonatólogos. Por eso debemos tener una política de incentivos. Tenemos que reunirnos con todos los sectores y llegar a un consenso.