“Con mi madre hablábamos de todo, menos de cómo quería vivir sus últimos días. Recién después de su muerte me di cuenta de cuánto más fácil habría sido todo si lo hubiéramos hablado”, relató la periodista y ganadora del Pulizter en 1980 Ellen Goodman. Ellen y un grupo de amigos crearon en 2010 The Conversation Project (La Conversación). Esta organización sin fines de lucro busca ayudar a que las personas reconozcan sus deseos al final de la vida y que los compartan con los suyos. Y si bien desde esta organización reconocen lo difícil que es el tema, ellos consideran que estas cuestiones se deben tratar en la mesa de la cocina y no en la sala de emergencia. Harriet Warshaw, directora ejecutiva de La Conversación, aclaró a PERFIL que el proyecto no proporciona servicios legales ni pretende sustituir testamentos vitales. “Por el contrario, nuestro objetivo es ayudar a una charla para conocer o formalizar los deseos de una persona”, sostuvo.
Lenin de Janon Quevedo, investigador del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina, considera que la muerte es un tema difícil de tratar por la incertidumbre que ésta genera. “El ser humano tiene una gran posibilidad de forjar su destino, pero en la vida hay momentos de desconocimientos e instancias, como la muerte, que no se someten a una lógica racional. Estas situaciones generan temor porque nos muestran nuestra finitud física, cuán vulnerables somos como seres humanos. De ahí el porqué de esconder el tema y tratar de evitarlo.”
Para Warshaw, es necesario mantener este diálogo porque “muchas personas están muriendo de una manera que no elegirían”. Por ejemplo, justificó, “el 60 % de la gente dice que no quiere cargar a sus familiares con decisiones difíciles, sin embargo, el 56% no ha comunicado sus deseos al final de su vida”. Un estudio realizado por Adriana Domínguez, especialista en terapia intensiva, diplomada en Bioética Clínica y Etica en Investigación, demostró que los deseos de los estadounidense sobre cómo pasar sus últimos días de vida coinciden con los de los argentinos. La experta entrevistó a cuarenta adultos mayores de la Ciudad de Buenos Aires entre 2011 y 2012 para conocer qué factores sociales y culturales influirían en la elección de directivas anticipadas. Todos coincidían en querer una muerte libre de dolor, sin hospitalización y en compañía de sus seres queridos.
Para guiar la charla, la iniciativa tiene en su página web (http://theconversationproject.org/) dos cuestionarios. “Es importante hacerlos antes de que se enferme o no pueda depender de usted mismo. Así es más fácil tomar decisiones médicas conociendo la forma en que quiere ser tratado”, aconsejó Warshaw.