Los chicos de entre uno y tres años que son cuidados en sus casas son los que están más sobreexpuestos al bombardeo visual de pantallas.
Esto se desprende del informe “Estudio Longitudinal de la Primera Infancia”, realizado por el Instituto de Infancia de Seattle y la Universidad de Washington sobre una muestra de más de 8.900 niños.
Mientras que los menores que asisten al jardín maternal pasan un promedio de 3,2 horas diarias con pantallas, los que son cuidados por mamá o papá miran 4,2 horas y los que se quedan en casa con niñeras alcanzan las 5,5 horas diarias, más del doble de las dos horas recomendadas por la AAP.
“No hay razones por las que un niño de dos años tenga un iPad como juguete. Ni bien sus padres se descuiden lo llevará a la boca y no es adecuado. Hay otros juguetes para tener en la cuna en esta etapa” opina Melamud de la SAP.
Para el especialista no hay que caer en generalizaciones y entender que la plasticidad cerebral del niño hará que sepa cómo jugar con él y si los contenidos están adaptados a su edad no es perjudicial su uso esporádico y controlado.