CIENCIA
brindis retrasado

El 2016 no se termina más: el último minuto del año durará 61 segundos

Es para mantener sincronizado el tiempo atómico con la rotación de la Tierra, y podría afectar páginas web. Entrevista a la argentina encargada de controlar la hora mundial.

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experta. Arias dirige la sección tiempo del BIPM. | bipm

El brindis de esta noche vendrá un poquito restrasado. Es que 2016 no se terminará a las 23.59.59, como es habitual, sino que tendrá un segundo adicional, según anunció hace pocos días el Servicio Internacional de Rotación Terrestre. Este segundo extra se agregará a los relojes atómicos de todo el mundo hoy a la medianoche y podría representar una amenaza para las computadoras e internet, según advierten especialistas.

Es que normalmente, el reloj se movería de 23.59.59 a 00.00.00; en cambio, a las 23.59.59 de hoy se trasladará a 23.59.60, y luego a las 00.00.00 del 1º de enero. En la práctica, esto significa que los relojes en muchos sistemas se apagarán durante un segundo, lo que podría dejar fuera de servicio varias páginas web, como ya pasó en 2012 con Mozilla, Reddit y Linked.

Los segundos intercalares, como se conocen estos segundos que de tanto en tanto se añaden al calendario, cumplen la función de mantener sincronizados los relojes atómicos –que son los de mayor precisión para medir el tiempo– con la rotación de la Tierra, que es irregular. “Debido a fenómenos geofísicos, la velocidad de rotación de la Tierra disminuye. En cambio, el tiempo definido a través de una transición atómica es uniforme y, en consecuencia, la diferencia entre los dos se incrementa con el tiempo”, le explicó a PERFIL la astrónoma argentina Felicitas Arias, directora de la Sección Tiempo de la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM, por sus siglas en francés), en París, Francia.

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“A fines de los 60 se decidió abandonar la escala de tiempo rotacional, mantenida por los astrónomos, y adoptar el tiempo basado en la transición hiperfina del cesio 133. La escala rotacional UT1 era necesaria en ese entonces para la navegación marítima, que se orientaba observando los astros. Para satisfacer la necesidad de la navegación y también de los astrónomos, se decidió sincronizar las dos escalas mediante la inserción de un segundo a la escala atómica para que la diferencia entre ambas no superara 0,9 segundos”, agregó Arias, encargada de determinar la hora oficial en más de setenta países, entre ellos, Argentina.

Desde 1961 hasta hoy, se agregaron 37 segundos al UTC. El último fue en junio de 2015. En 2012 el cambio trajo una serie de problemas: se retrasaron más de 400 vuelos de la aerolínea Qantas y varias páginas de internet vieron interrumpidos sus servicios. “En todo lo que es transmisión de datos por internet, el segundo intercalar es un inconveniente. En un reloj mecánico, agregar un segundo implica detener la aguja y dejar que pase un segundo. En cambio, en los sistemas actuales significa que debe haber dos segundos que tienen el mismo nombre. No poder distinguir entre el primer 23.59.59 y el segundo crea una dificultad difícil de resolver”, indicó Arias.

En estos momentos hay un profundo debate en la comunidad científica para abolir el segundo intercalar. Mientras que algunos de los 170 países representados en la Unidad Internacional de Telecomunicaciones, como EE.UU., Francia, México y Japón, quieren terminar con el segundo adicional y dejar que los relojes atómicos se alejen del tiempo astronómico, otros, como Rusia o Reino Unido, prefieren continuar con el sistema actual.

Quienes están a favor de eliminarlo sostienen que separar los dos conceptos supone una mejora para las aplicaciones que requieren un nivel elevado de precisión y que la única razón para mantener este sistema es la tradición. En la vereda opuesta están quienes temen que sacar ese segundo de más haga que el UTC difiera de la rotación terrestre y que en miles de años se acabe desayunando a la medianoche. La cuestión deberá dirimirse en la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones, que se reunirá en 2023.