Palmar Sur, Costa Rica – Un misterio que data de tiempos indígenas llamado “Piedras Esféricas”, desvela a los arqueólogos costarricenses que tratan de dilucidar el origen de estas curiosas figuras, algunas de ellas de hasta 15 toneladas de peso, que se encuentran dispersas por el delta del Diquis, en el sureste de Costa Rica.
" Estamos a ciegas: los conquistadores españoles no reportaron las esferas y los grupos indígenas no dejaron ninguna clave", aseguró a la AFP el director del Museo Nacional de Costa Rica, Francisco Corrales Ulloa, durante una visita por los sitios arqueológicos donde se concentran las investigaciones en las márgenes de los ríos Térraba y Sierpe, en la Península de Osa.
Los estudios realizados desde los años '40 relacionan estas esferas con los grupos precolombinos que vivieron en la zona. Están construidas mayoritariamente en granodiorita, aunque también se hallan las de arenisca y piedra caliza. Algunas aparecen perfectamente alineadas y responden a una colocación que podría tener una explicación astrológica o religiosa. Otras se encuentran en solitario en la ladera de una montaña o en lo alto de un montículo con otros vestigios arqueológicos, al abrigo de las inundaciones de los ríos vecinos que han ido soterrando con sedimentos de lodo una parte de la historia indígena de esta región.
En total, existen unas 250 esferas de piedra, según el director del Museo, muchas de ellas en manos privadas. También se calcula que puede haber unas 500 contando las que todavía permanecerían enterradas bajo los campos exhaustos por décadas de uso masivo de pesticidas por la United Fruit Company, la Compañía Bananera estadounidense que abandonó el lugar a mediados de la década de los 80.
“Las esferas de piedra son uno de los elementos más llamativos de la arqueología de Costa Rica", asegura Corrales, quien recuerda que una de ellas se encuentra expuesta temporalmente en el Museo etnológico Quai Branly de París.
Los expertos indican que existen evidencias de que la zona del Delta del Diquis, que en lengua indígena significa 'gran río', fue habitada ya 1500 años antes de Cristo. La manufactura de las esferas empieza en el período Aguas Buenas (300 a.C -800 d.C), pero sólo en el de Chiriquí (800-1500 d.C) se da el auge de su elaboración.
Ahora, el Museo Nacional y el ministerio de Cultura quieren convertir cuatro de la veintena de sitios arqueológicos del lugar -Grijalba, Batambal, El Silencio y Finca 6- que cuentan con conjuntos de estructuras y esferas, en un componente cultural de las ofertas turísticas de una región, a donde en esta época llegan centenares de ballenas jorobadas a parir y aparearse.
El proyecto, de unos 30.000 dólares, además de impulsar el turismo, pretende promover la investigación de los sitios con esferas -unas veinte en el circuito- para intentar determinar su significado, así como descubrir otros vestigios para conservarlos.
Fuente: AFP