Genes, células madre, cambio climático, rayos cósmicos. Esas palabras clave podrían alcanzar para sintetizar los eventos más importantes de 2007, según las principales revistas científicas. Faltaría agregar, en el terreno estrictamente argentino, la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, que abre ilusiones y razonables expectativas entre los investigadores locales.
Mientras que la británica Nature prefirió enfocarse en el jefe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, el hindú Rajendra Pachauri, la norteamericana Science hizo su habitual listado de los diez hechos científicos del año. Y colocó en el primer puesto los avances en la comprensión de las características genéticas que diferencian a una persona de las demás; desarrollos básicos que van de la mano con la posibilidad de que se generalice la producción de “genomas personales” (este año los polémicos Craig Venter y James Watson obtuvieron los suyos), que ayudarían en la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades.
En el segundo lugar se ubicó la proeza de haber conseguido que células adultas de ratones pudieran ser transformadas en células madre tan flexibles como las embrionarias, es decir, aquellas que tienen la facultad de generar todo tipo de órganos y tejidos. Los tratamientos que pueden derivar de este adelanto son virtualmente ilimitados.