CIENCIA
sistema de navegacion

Galileo, el GPS europeo, lanzó al espacio sus dos primeros satélites

Exitoso. El sistema Galileo cuenta con dos satétites de 750 kilos.
| gentileza ESA

Los dos primeros satélites operativos del sistema Galileo, el competidor europeo del GPS y del ruso Glonass, despegaron ayer con éxito del Centro Espacial de Kurú, en la Guayana francesa. El lanzamiento, aplazado 24 horas por las condiciones meteorológicas, tuvo lugar finalmente a las 08.27  (hora argentina) en el centro espacial desde donde partió la nave rusa operada por la compañía Arianespace, con los satélites
Doresa y Milena.

Los aparatos, de 750 kilos cada uno, tardarán casi cuatro horas en llegar a su destino, una órbita situada a 23.222 kilómetros de altitud sobre la Tierra, con una inclinación de 56 grados respecto al Ecuador. Estos dispositivos se suman a otros cuatro ingenios de prueba que la Agencia Espacial Europea lanzó, por parejas, a finales de 2011 y de 2012, como preliminares de una constelación que en 2020 contará con un total de treinta satélites dispuestos en tres órbitas.

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Los primeros servicios comenzarán a ofrecerse a finales de 2015. Para ello, la Comisión Europea  invirtió unos 13 mil millones de euros. Cuando esté a pleno rendimiento, en 2020, la tecnología europea –de concepción civil y no militar– ofrecerá una precisión diez veces superior a la del GPS.

Pero antes, a finales de 2015, Galileo empezará a ofrecer sus primeros servicios: administración del tráfico aéreo, rodado, marítimo y ferroviario, gestión de situaciones de emergencia y salvamento, en la logística, la agricultura y la pesca y en el sector energético, entre otros. Según las previsiones de Bruselas, Galileo tendrá un impacto económico de 90 mil millones de euros en los próximos veinte años en un sistema productivo que ya basa entre el 6% y el 7 % de su producto bruto interno (PBI) en sistemas de navegación. Además, la nueva constelación ofrecerá a la Unión Europea una herramienta autónoma para su estrategia de política exterior y seguridad, pues no dependerá del control militar estadounidense que opera el exitoso GPS ni de los proyectos similares que preparan, al menos, China y Rusia.