Orión, la nave espacial de la Nasa diseñada para transportar seres humanos al espacio exterior, se posó ayer sobre el Pacífico tras un exitoso vuelo de prueba no tripulado, que sirve como test para posibles misiones a Marte. El lanzamiento se produjo a las 9.05 desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral (Florida).
Cuatro horas y media después, y tras orbitar dos veces la Tierra, la cápsula se posó suavemente en el océano a mil kilómetros de las costas mexicanas de Baja California, frenada por tres inmensos paracaídas. “Aquí está tu nuevo vehículo espacial, América”, dijo Rob Navias, comentarista de la Nasa, cuando las imágenes mostraban la cápsula acercándose al agua.
Orión es la primera nave espacial estadounidense diseñada para transportar seres humanos hacia el espacio exterior, desde las misiones Apolo que hace cuatro décadas llevaron astronautas a la Luna. Como los Apolo, Orión está compuesto por una serie de cohetes principales, que la impulsan hacia el espacio, y una pequeña cápsula que constituye el habitáculo que ocuparían en un futuro las tripulaciones. Navias describió el vuelo de ensayo como “perfecto” y como “una etapa significativa para el programa espacial” de EE.UU.
En su segunda vuelta en torno a la Tierra, la cápsula alcanzó una altitud de 5.800 km, casi 14 veces más que la altitud a la que orbita la Estación Espacial Internacional (420 km). Hacia las 12.23, Orión se despegó de la segunda etapa del cohete Delta IV y del módulo de servicio, para preparar su retorno a la atmósfera terrestre.
La nave descendió a más de 32.000 km/h, 84% de la velocidad que alcanzaría una cápsula que vuelve desde la Luna. Diez minutos después, amerizó suavemente. Los controladores del vuelo dijeron que el vehículo se encuentra en condición estable y pronto será retirado de las aguas.
Volver al espacio. Esta primera misión de Orión permitió evaluar el rendimiento de la cápsula espacial ante desafíos clave como la separación por etapas del cohete, la elevada radiación, el calor abrasador (de 2.200 °C) antes del amerizaje; además del funcionamiento de los paracaídas y de las computadoras a bordo. La nave también llevaba 1.200 sensores para medir las vibraciones, las radiaciones y los niveles de ruido y temperatura.
“Vivimos un momento emocionante, pues el éxito de esta prueba nos acerca al momento en que podremos enviar seres humanos a Marte”, dijo el director de la Nasa, Charles Bolden. Se estima que un primer vuelo tripulado de Orión se podrá realizar en 2021 y después esta cápsula podrá llevar seres humanos a la Luna, a un asteroide o a Marte.
El proyecto estadounidense de volver con tripulaciones al espacio exterior enfrenta cuestionamientos no sólo técnicos sino también presupuestarios. El Proyecto Orión, según el último presupuesto de la Nasa, alcanzará un total de entre US$ 21 mil millones para 2021, por encima de los 18 mil millones que se estimaron en 2011. Para la Nasa, sin embargo, el éxito de Orión significa un respiro ya que desde la jubilación de la flotilla de transbordadores espaciales en 2011, EE.UU. no dispone de vehículos espaciales capaces de transportar tripulaciones. Desde entonces, el país ha tenido que recurrir a los Soyuz rusos.