Explica en voz alta cómo ensamblar las piezas, al mismo tiempo charla con dos interlocutores y les agradece a los voluntarios su ayuda. Con apenas 20 años, Gino Tubaro –estudiante universitario y reconocido inventor– está al frente del primer manoton que se hace en la Argentina. Este evento tecnológico-solidario busca algo simple: que una veintena de chicos que nacieron con una malformación o tuvieron algún accidente en la mano puedan llevarse a su casa una nueva prótesis gratuita, hecha a la medida de sus muñones.
Gino sonríe para la cámara de un fotógrafo y se sienta en el piso a jugar con los chicos que prueban los movimientos de sus flamantes “manos biónicas”. Luego pasa de mesa en mesa, donde cada familia, con un instructivo y dos voluntarios, está armando su prótesis con el kit de piezas hechas en impresoras 3D del Atomic Lab.
“El me pedía la mano robótica”, contó a PERFIL Nannette, mamá de Iker (4 años). Ambos llegaron desde Sarmiento, Chubut. “Iker hace de todo: va al jardín, a pileta y a fútbol. Pero ahora, con la nueva prótesis, quiere aprender a andar en la bici sin usar rueditas”, cuenta mientras ajusta los velcros que la fijan.
Mientras la jornada “constructiva” sigue su curso, Gino cuenta que “desde que empezaron con la primera prótesis para Felipe, en 2014, lograron mejorar los diseños”. Confiesa que está feliz con este primer manoton masivo, “pero también muy nervioso”. Como lo está Valentino, que va a sexto grado y llegó con su familia desde Tortuguitas. “Valentino puede hacer lo mismo que todos los chicos, pero algunas cosas –andar en bici o recortar con una tijera– se le complican. Por eso estamos con muchas expectativas con esta idea de impresión 3D”, contó Gabriela, su mamá. Desde Atomic Lab, el emprendimiento que lidera Tubaro, junto a un reducido grupo de voluntarios, no dan abasto con los pedidos. Sólo para participar de esta jornada se anotaron 180 familias de todo el país, pero apenas hubo lugar y kits de manos para una veintena. La lista de espera supera las 1.300 personas.
“Por eso estamos apoyando esta movida a largo plazo”, contó a PERFIL Ezequiel Glinsky, director de Nuevas Tecnologías de Microsoft, y uno de quienes aportaron su trabajo junto a otros auspiciantes, como United, Sodimac y la Fundación Messi. “Lo bueno es que se armó una plataforma online y allí se explican el proyecto, los planos y las instrucciones de las prótesis. Además, cualquier persona puede aportar económicamente, entrando a http://aka.ms/manoton”.
En otro rincón del salón, Miriam mira cómo juega Zoe, su nieta de un año y siete meses. “Vieras cómo se las arregla para agarrar la mamadera. O el celular y hacerse una selfie”, contó con los ojos húmedos esta empleada doméstica que llegó con toda su familia desde Quilmes. “Ahora, con la mano nueva va a poder tener un desarrollo más completo, podrá agarrar bien una taza”, imagina con simpleza.
Mientras tanto, Tubaro no para. Se va el primer grupo de familias y chicos con sus flamantes manos, y nuevas caritas se acomodan en las mesas y miran asombradas el kit. Agarran con cuidado cada pieza y tratan de unirlas. Gino se acerca, explica cómo hay que hacerlo y los alecciona con una frase: “Saquen las piezas y vayan armando la prótesis. Esto es prueba y error. ¡Diviértanse haciéndolo!”.
Obama lo puso como ejemplo
A pesar de que lleva un par de años en esta tarea, Gino Tubaro sabe que no todos están de acuerdo con lo que hace. “Todavía hay muchos especialistas en ortopedia que son descreídos y dicen que lo que hacemos no sirve para nada”. Y desliza que si las ortopedias no tuvieran los precios tan altos, “no se esforzaría tanto en mejorar las prótesis”.
Hace apenas un par de meses, en su visita a la Argentina, Barack Obama destacó en una charla pública en la Usina del Arte “la admirable labor de jóvenes como Gino Tubaro”. El presidente de Estados Unidos aseguró que “es un ejemplo por su gran aporte social”. Pero Gino no quedó demasiado impresionado. “Lo que dijo Obama es un gran reconocimiento, y es algo bueno para abrir puertas y seguir desarrollando este trabajo. Pero a mí lo que me llena es esto”, dijo señalando la sala llena de chicos con sus nuevas prótesis de manos.