Una pareja estadounidense de la ciudad de Seattle sometió a su hija discapacitada a un tratamiento para evitar que crezca, en una decisión que despertó un debate acerca de los límites de la intervención médica.
La niña, Ashley, de nueve años, tiene la capacidad mental de un bebé de tres meses y no puede caminar ni hablar, según señaló el diario El Pais en su edición de hoy.
En julio de 2004, sus padres decidieron someter a Ashley a un tratamiento que incluye dosis hormonales para minimizar su altura un 20% y su peso un 40% y limitar así su crecimiento.
Además, los padres autorizaron a los médicos a removerle el útero para prevenir la menstruación y limitar el crecimiento de sus senos removiéndole las glándulas mamarias, para que no esté incómoda cuando está acostada boca abajo. El tratamiento fue autorizado por un comité ético.
Sus padres dieron a conocer el hecho recién ahora, a través de una página de un blog en Internet ,
Los padres, que dijeron estar sorprendidos por la cantidad de críticas que recibió su decisión, señalaron que tomaron la decisión por amor y en pos del bienestar físico y mentar de Ashley Ella tendrá siempre el peso de una niña, lo cual les facilitará moverla, bañarla e involucrarla en la actividades familiares, dijeron.
“Un error de planteamiento fundamental y muy común al respecto del tratamiento es pensar que sirve para que facilitar la labor del cuidados. Todo lo contrario, su propósito principal es mejorar la calidad de vida de Ashley”, aseguran los progenitores de Ashley.
La familia decidió hablar sobre el caso después de que fuera publicado en una revista científica y despertara un polémico debate.
