CIENCIA
Buscan recaudar dinero

Por el medio ambiente, subastan nombres de especies

La iniciativa generó un gran debate en la comunidad científica. Se trata de vender lo derechos de la nomenclatura de tipos de animales recién descubiertos al mejor postor.

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Washington -  Un acalorado debate se ha desatado en la comunidad científica a raíz de una nueva forma de recolectar dinero para causas ambientales. Algunos científicos y conservacionistas están optando por subastar los nombres de nuevas especies descubiertas, según informa esta semana el diario The Washington Post.

La idea consiste en vender los derechos de la nomenclatura de especies animales recién descubiertas al mejor postor. Por un lado, se recolectan fondos para la conservación de estas especies y, por otro, se abre la veda para explotar comercialmente a los nuevos seres vivos descubiertos.

Detractores del concepto como Tim MacClanahan, un zoólogo de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, cree que la mejor manera de bautizar una especie es a través de la forma tradicional, utilizando los nombres latinos que representan rasgos importantes y fáciles de recordar de la especie. "Especialmente porque estos nombres deben persistir en el futuro inmediato", asegura. Además, muchos científicos indican que ya existen muchas especies con nombres extravagantes. Por ejemplo, a una variedad de calamar le colocaron Vampyroteuthis infernalis, que significa "calamar vampiro del infierno".

En el 2005, los entomólogos Quentin Wheeler y Kelly B. Miller decidieron denominar a tres tipos especiales de escarabajos "Agathidium bushi", "Agathidium cheneyi" y "Agathidium rumsfeldi" en honor al presidente Bush, el vicepresidente Cheney y el entonces secretario de defensa Donald H. Rumsfeld. Dichos nombres fueron aceptados por la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica (por sus siglas en inglés ICZN) y el mismo Bush llamó a Wheeler y Miller para agradecer el tributo.

Desde que en 1753 el científico Carl Linnaeus publicó el libro "Species Plantarum" se establecieron ciertas reglas para nombrar animales y plantas. Siempre se debe usar una palabra latina que consista en dos partes: la primera hace referencia a la especie del grupo y la segunda al nombre particular de la especie. Además, tradicionalmente la persona que descubre un animal o una planta adquiere el derecho de darle un nombre académico.

Este nuevo proyecto de subastar los nombres de las especies con el fin de conseguir fondos para su conservación se le ocurrió a Mark Erdmann, un asesor del programa marino de Indonesia de Conservación Internacional, después de que éste y Gerald Allen descubrieran dos especies nuevas de tiburones el año pasado. Sin embargo, Erdmann no fue el primero en realizar algo así. En 2004, el científico Robert Wallace, de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, descubrió un mico marrón y naranja de unos 30 centímetros de alto en el parque nacional Madidi de Bolivia. Wallace, que quiso que el parque se beneficiara del descubrimiento, cedió los derechos de bautismo de la especie a una agencia gubernamental y a una organización de conservación de Bolivia, las cuales organizaron una subasta.

Posteriormente el Casino Golden Palace pagó 650.000 dólares por los derechos del primate, a quien llamó "Callicebus aureipalati". La segunda palabra significa "palacio de oro" en latín. Y aunque no pudieron añadir el ".com", el sitio web del casino adoptó como mascota al mico. A través de Internet los clientes pueden escuchar los gritos del animal y comprar camisetas, chándales e incluso tangas con la foto de Callicebus aureipalati. Los alemanes tampoco se quedaron atrás con esta idea. Biopat, una organización no gubernamental, ofrece los derechos de bautizar animales y plantas bajo un sistema en donde los precios varían según la especie. El resultado no ha sido del todo malo. Han recolectado 514.000 dólares por 120 especies.

El debate se volvió a abrir esta semana con la subasta Blue Action organizada por la casa Christie's y auspiciado por Conservación Internacional y la Monaco-Asia Society bajo el patrocinio del príncipe de Mónaco Alberto II, en donde se vendieron los derechos de nominación de un tiburón recientemente descubierto en Indonesia. Durante el evento se recaudaron 2 millones de dólares por los derechos a bautizar 10 especies nuevas de peces con el fin de proteger el hábitat de esta nueva especie. Los precios ofrecidos oscilaron desde 500.000 dólares por el nombre de un tiburón de la bahía Cendrawasih ó 50.000 por un pez tipo el protagonista de "Buscando a Nemo".

A pesar del beneficio, esta nueva herramienta para la ciencia de la taxonomía está comenzado a preocupar a los científicos de la comisión ICZN. "Sería muy fuerte que las nuevas especies comenzaran a tener un valor comercial, ya que habría un incentivo repentino por "descubrir" nuevas especies. Y las ramificaciones de esto son enormes", indica Andrew Polaszek, secretario ejecutivo de la comisión. Entre las opciones que plantea Polaszek, basadas en una encuesta a 27 miembros, está la de supervisar todas las subastas que se realicen. "Nos guste o no, es algo que está pasando", concluye.