A contrarreloj. Así trabajan los rescatistas para encontrar el modo más seguro de sacar a los 12 niños y su entrenador de fútbol atrapados desde hace dos semanas en una cueva de Tham Luang, en el norte de Tailandia. Las autoridades aseguran que las condiciones para el rescate “son hasta ahora las mejores” y barajan dos alternativas para la salida del grupo: bucear a través de los pasadizos inundados o encontrar un hueco en la montaña por donde sacarlos. Para eso ayer realizaron más de cien perforaciones verticales pero aún no localizaron la posición del equipo juvenil de fútbol. Las operaciones para el rescate se aceleraron en las últimas horas ante el riesgo de que las lluvias del monzón sellen la gruta y la confirmación de una baja del nivel de oxígeno dentro de la cueva. “La hipercapnia (niveles altos de CO2 en sangre) es el principal riesgo asociado a la práctica de la espeleología”, le explicó a PERFIL Ivanna Bustos, coordinadora Ejecutiva del Programa de Docencia e Instrucción Permanente del SAME. “Al consumo de oxígeno ambiental en ese espacio reducido se agrega el aumento de la producción de dióxido de carbono, en parte producto de la respiración y en parte por precipitación calcítica propia del ambiente de las cavernas”, agregó la experta.
Las condiciones de vida dentro de la caverna son duras: falta luz natural –lo que altera el ritmo biológico– y hay bajas temperaturas. “Estamos bien, pero hace un poco de frío aquí”, se lee en una de las cartas que los chicos enviaron ayer, a través de los buzos, a sus familiares (ver recuadro).
“En rescates en cavernas, la hipotermia de la víctima y de los rescatadores es una preocupación inicial y principal de quienes estén al mando. Se debe considerar la gran amplitud térmica como un factor de estrés que requiere la observación y evaluación constantes”, agregó Bustos, autora de varios trabajos sobre asistencia sanitaria en espeleología.
Impacto. En el interior de la cueva los chicos están siendo atendidos por una decena de militares, entre ellos un médico y un psicólogo. Gracias a la ingesta de complementos vitamínicos, el grupo recupera poco a poco las fuerzas con vistas a la salida de la cueva. Pero uno de los aspectos que más preocupa, tanto a familiares como a las autoridades, es el estado emocional del grupo.
“El factor psicológico, lo que implica la protección de la salud mental, es clave en estos momentos y posteriormente al rescate. Se debe trabajar sobre los tres factores que modulan el impacto del estrés que producen las situaciones extremas: el apoyo psicosocial, recuperar algo de la dimensión del control interno perdido e intentar reducir al máximo la percepción de amenaza”, sostuvo la médica psiquiatra Silvia Bentolila, del equipo regional de respuesta en emergencias de la OPS/OMS.
“Es importante que hayan podido tomar contacto con sus familias. Y también mantener una organización, un sistema de rutinas. Por ejemplo, en este caso, les están enseñando a bucear. Eso reduce el impacto de las reacciones del estrés que desencadena estar expuestos a situaciones extremas”, agregó.
Para Bustos, los chicos cuentan con la ventaja de ser deportistas, parte de un equipo, de un grupo de amigos: “que hayan tomado contacto con los espeleobuzos aumenta significativamente sus esperanzas de salir de allí, que hayan recibido alimentos, abrigo y atención de sus lesiones los hace sentir acompañados y con altas expectativas de reunirse nuevamente con sus familias. Mantener esa esperanza es crucial, como también lo es mantener abierto un canal de comunicación con la superficie”.
¿Cuál será el impacto en la salud mental de los jóvenes? ¿Pueden sufrir estrés postraumático? “No necesariamente. Si se trabaja intentando reducir el impacto del estrés, se reduce el riesgo de las consecuencias patológicas a posteriori. Lo que es sumamente importante es hacer un seguimiento a largo plazo una vez rescatados. Para que no ocurra como pasó, por ejemplo, con muchos de los mineros de Chile que tuvieron una afectación psicológica importante por no tener seguimiento”, concluyó Bentolila.
Cuatro socorristas heridos
Un miembro de los equipos de rescate se encuentra herido de gravedad y otros tres resultaron heridos levemente por el accidente de un vehículo durante las operaciones para salvar a 12 chicos y un adulto atrapados en una cueva de Tailandia.
El grupo viajaba en un vehículo todoterreno que se precipitó por un barranco en la tarde de ayer, informó el portal de noticias KhaoSod. La fuente apunta al desconocimiento del conductor sobre el terreno por donde transitaba como la causa del siniestro.
El accidente se suma a la muerte del buzo Samarn Kunan, de 38 años, el último jueves al quedarse sin oxígeno mientras regresaba buceando de la cavidad donde se encuentran los niños. “La muerte de este experto buceador sirve para mostrar la dificultad de las tareas de rescate. A pesar del deceso no vamos a parar de trabajar para sacar al grupo”, declararon fuentes de la Oficina del gobernador de Chiang Rai.