CIENCIA

Resultados alentadores

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La respuesta inmune juega un papel crítico en nuestra vida en dos aspectos contrastantes: a) la defensa frente a infecciones y tumores, y b) la inducción de una amplia variedad de enfermedades (inflamatorias o autoinmunes) producidas por la propia activación de las células inmunes contra nuestros tejidos (artritis reumatoidea, lupus, enfermedad de Crohn, arteriosclerosis). Lo primero es bueno. Lo segundo, obviamente, malo.
Tanto en lo relativo a la respuesta inmune protectora como en lo referido a la respuesta inmune deletérea contra nuestro propio organismo, hay un fenómeno que cumple un papel esencial: la inflamación. Esta, más allá de que sea beneficiosa o dañina, no busca otro objetivo que reclutar en un sitio particular de nuestro cuerpo elementos de la respuesta inmune tales como leucocitos, anticuerpos y citoquinas para batallar contra lo que nos amenaza o para atacar tejidos propios.
¿Cómo se regula esta respuesta inflamatoria? No lo sabemos aún con claridad. Si lo entendiésemos, sin lugar a dudas contaríamos con un arsenal renovado de estrategias terapéuticas aplicables al creciente número de patologías que día a día se demuestran dependientes del curso de la respuesta inmune: desde infecciones hasta tumores.
El trabajo del doctor Capelluto aborda el estudio particular de dos proteínas, Tom1 y Tollip, que –actuando en forma conjunta– modulan el curso de la respuesta inflamatoria. Esta última investigación revela un novedoso mecanismo a través del cual ambas proteínas median su cometido.
El hallazgo nos plantea la posibilidad de pensar en el desarrollo de nuevos fármacos, con propiedades pro o antiinflamatorias. Los resultados presentados son muy alentadores. Igualmente, entre el descubrimiento y su aplicación al tratamiento de las patologías humanas hay un largo trecho. Se requieren más investigaciones para confirmar y generalizar estas observaciones.

*Doctor en Bioquímica.