“Los valores que los consumidores tienen respecto a los alimentos no siempre giran en torno a la seguridad y la higiene. Por eso es importante que hablemos su lenguaje y nos adaptemos para dar respuesta a sus interrogantes”, afirmó Janet Collins, nutricionista y presidenta del Instituto de Tecnólogos Alimentarios (IFT) de EE.UU.
Acompañada por Jerry Bowman, vicepresidente de comunicaciones del IFT, la experta asistió al XIV Congreso Argentino de Ciencia y Tecnología de Alimentos, organizado por la AATA. Collins no sólo es una referente mundial en composición química y tecnológica de los alimentos, sino también es experta en políticas alimentarias.
–¿Qué información debe dar la industria?
–En alimentación, la información sólo es útil si se entiende y hay que ser muy conscientes respecto de los mensajes que damos. Las etiquetas son tan confusas que pueden inclusive cambiar la manera en que nos alimentamos. Hay que enseñarle a leer al consumidor para que pueda elegir qué comprar .
–¿La confusión tiene que ver con lo que dice u oculta una etiqueta?
–Es un tema complejo, porque si bien hay datos que indefectiblemente deben estar, también hay agregados innecesarios que pertenecen al campo del marketing.
–¿Cuáles deben figurar?
–Los que el consumidor tiene que leer para saber qué está comprando: los componentes del alimento, en qué cantidad se encuentran y qué aportan (por ejemplo, calorías, grasas, lípidos). Esto suele estar en el cuadro que se conoce como Información Nutricional. También es importante la fecha de vencimiento, pero creo que habría que discernir –como ocurre en EE.UU.– si se trata del día a partir del cual ese alimento ya no puede ser consumido una vez en casa, del momento en que termina la posibilidad de ponerlo a la venta, o bien de cuándo habría que descartarlo por seguridad.
–¿Cuáles son los datos prescindibles?
–Cuando el packaging de un alimento o botella de agua mineral informa que es ecológicamente sustentable está agregando datos que suelen ser muy llamativos para el consumidor desde lo visual, pero que no aportan nada a lo que el alimento es.
–Las declaraciones o afirmaciones de salud, ¿son necesarias?
–Está demostrado que los países cuyos alimentos cuentan en su envase con health claims permitidos como “mejora la figura”, “ayuda a bajar de peso” o algún otro, no se alimentan mejor. ¿Por qué deberíamos utilizarlos?