CIENCIA
violencia y redes sociales

Seis de cada diez estudiantes dicen que fueron víctimas de ‘ciberacoso’

Además, un 20% dijo ser blanco de estas burlas y agresiones online en forma reiterada. Puede ser el origen de síntomas asociados con ansiedad, baja autoestima y depresión.

Ciberacoso.
Ciberacoso. | Cedoc

La cifra impacta: en una encuesta reciente, seis de cada diez adolescentes admitieron haber recibido al menos una modalidad de agresión a través de la tecnología, en los últimos seis meses. O sea, fueron víctimas de ciberacoso, un fenómeno que hoy está nuevamente en el centro de la polémica y el debate social, gracias a dos fenómenos mediáticos: el éxito de la serie televisiva estadounidense 13 Reasons Why y el violento juego La Ballena Azul, creado por un estudiante ruso. A esto se sumó la historia de Antonella, una joven de 23 años que publicó en su Facebook un video que se volvió viral y fue parodiado hasta por famosos.


El 63% de los chicos encuestados nos contestó afirmativamente a las preguntas que hicimos sobre si habían recibido la modalidad de maltrato escolar conocida como ciberacoso”, le resumió a PERFIL la psicóloga y becaria doctoral del Conicet Alejandra Lanzillotti, autora del estudio “Sintomatología depresiva, autoestima y autoconcepto en estudiantes involucrados en ciberacoso”, que se presentó en el reciente XXXII Congreso de la Asociación de Psiquiatras Argentinos.


El trabajo abarcó a  92 estudiantes de entre 13 y 19 años de dos escuelas medias de la Ciudad de Buenos Aires. “Aunque los resultados del estudio son preliminares y la muestra tomada fue relativamente pequeña, es una aproximación que, aunque limitada y tomada con cautela aporta datos claves para discutir políticas preventivas al maltrato escolar en su formato digital”, evalúo Lanzillotti.

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Los tipos de agresiones recibidas mencionadas en mayor medida por los alumnos fueron: denigración (envíos y/o difusión de contenidos difamatorios), sonsacamiento y develamiento de información, exclusión (bloqueo o la exclusión deliberada de grupos online) y hostigamiento (envío reiterado de mensajes desagradables). Por otra parte, el 43.5% informó que recibió este tipo de agresiones “algunas veces”, mientras que 19,6% dijo haber sido blanco “muchas veces”, en un período de apenas 24 semanas.


Para Marcela Czarny, fundadora de la Asociación Chicos.net, una ONG que impulsa el uso seguro, responsable y significativo de las tecnologías, estas cifras no sorprenden: “Desde las escuelas nos piden con cada vez mayor frecuencia que demos charlas y talleres sobre esta temática”. Según la experta, “es importante enmarcar el fenómeno del ciberacoso en una sociedad que, de por sí, es violenta. No es que esta clase de bullying nació de un repollo. De hecho, es un fenómeno que se registra en todo el mundo, desde hace ya tiempo, y al que la tecnología le dio un nuevo formato que se extiende y permanece en el tiempo”.


De la encuesta realizada por Lanzillotti también se desprende que estas agresiones son bastante populares.  El 43% de los alumnos informaron haber estado involucrados como “emisores” de alguna modalidad de agresión hacia compañeros. “En la adolescencia el grupo de pares adquiere relevancia y el sentimiento de pertenencia es muy importante. Por eso las agresiones pueden resultar muy dolorosas”. A tal punto que la reiteración “puede abrir la puerta a que aparezcan en la víctima síntomas asociados con trastornos depresivos, ansiedad y trastornos de estrés agudo o postraumático”.


De hecho, el trabajo concluyó que aquellos alumnos que manifestaron recibir ciberagresiones de manera frecuente tenían un mayor nivel de sintomatología depresiva y una menor autoestima.


Para poder desarrollar estrategias capaces de reducir los índices de ciberacoso Czarny propone encontrar formas de disminuir la violencia de toda la sociedad. “Pensar ese fenómeno en general nos llevará a encontrar las estrategias adecuadas”.


Para Lanzillotti, es necesario trabajar con los adolescentes para que entiendan claramente que lo que hacen dentro –y fuera– de internet tiene consecuencias y que éstas pueden ser muy dolorosas.


“Interiorizarse acerca de cada caso en particular y brindar el soporte necesario también es muy importante. Y contribuye la difusión de las herramientas que las apps y las redes sociales ofrecen para informar sobre maltratos y facilitar la búsqueda de ayuda”, concluyó.



La serie que lanzó un debate


La adolescente Hanna Baker acaba de suicidarse. Pero antes ha grabado videos explicando las 13 razones de su decisión y los ha enviado a quienes considera responsables. Así comienza la exitosa serie de Netflix 13 Reasons Why, que inquieta a educadores y expertos en salud mental en Estados Unidos porque creen que puede generar un “efecto contagio” en jóvenes. “Consideramos que los menores de 12 o 13 años no deberían verla solos, de la misma manera que no deberían ver solos otros espectáculos violentos, ya que puede generarles situaciones de miedo sin sentido”, le dijo a PERFIL Marcela Czarny, fundadora de Chicos.net. Y recalcó que el mejor consejo es “aprovechar series, juegos o situaciones similares para generar con los chicos un diálogo profundo sobre temáticas complejas que incluyen el suicidio, que hoy es, según la OMS, la segunda causa global de defunciones entre adolescentes, sólo superado por los accidentes viales”.