La anécdota suele repetirse entre quienes viajan al exterior, al comentario sobre el país de origen le sigue la identificación con algún argentino reconocido que va desde el jugador Lionel Messi, la princesa Máxima y, recientemente, hasta el Papa Francisco. Tampoco es difícil encontrar científicos argentinos en importantes grupos de investigación internacional o premios Nobel. Aunque son casos aislados, el medio es un factor a considerar: “La predisposición o capacidad con la que se nace se desarrollará o no de acuerdo al ambiente en la que la persona crece”, afirmó Sara Rabinovich, especialista en Niñez de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (Apdeba).
Inteligencia, creatividad y talento pueden llevar a alguien a sobresalir hasta traspasar las fronteras nacionales, pero son categorías distintas. Según el doctor en Psicología Carlos Allende, talentoso es quien cuenta con alguna aptitud en donde se destaca. En cambio, los superdotados suelen distinguirse en casi todas las áreas por su rapidez de ejecución, pero no siempre son creativos, y los genios cuentan con una gran inteligencia y creatividad capaz de plantear respuestas novedosas para la humanidad. “Dentro de los talentosos podemos destacar a Lionel Messi, Diego Maradona y alumnos universitarios con reconocimiento, en donde el desarrollo de una habilidad los hace descollar sin necesidad de un coeficiente intelectual muy alto”, señaló Allende, quien también es presidente honorario de Mensa Argentina.
Allende coincide en que lo cultural y la estimulación del medio incide en el potencial. “A partir de los 16 años, la inteligencia se estabiliza y lo que no se trabajó antes ya no puede realizarse. La cantidad de premios Nobel también radica en la posibilidad de que gente muy inteligente posea infraestructura acorde a sus investigaciones y subsidios. Luis Leloir era un genio y también tuvo la suerte de la Fundación Campomar, que lo subsidió”, ejemplificó.
Para Rabinovich, la sociedad puede potenciar o anular. “Messi tuvo que buscar otra sociedad fuera del país y lo ayudó la familia. Alguien vio su talento y se lo llevó”, sostuvo la especialista. Aunque no se puede generalizar, la psicoanalista Mónica Vorchheimer, de Apdeba, señaló algunas características que permitirían desarrollarse en el exterior, como tener un sueño o ser parte de un proyecto; poseer espíritu aventurero y mucha curiosidad para poder acomodarse a culturas nuevas y no ubicarse en una posición exclusivamente nostálgica; además de poder crear vínculos personales de confianza.
“En la Argentina tenemos experiencia en renacer de las crisis sociales. Mucha gente que se ha destacado en el exterior en ámbitos más pequeños suele decir que esta experiencia le ha dado la capacidad de hacerle frente a las adversidades. Los argentinos hemos aprendido a poder manejarnos con cierto grado de desorden e incertidumbre, no abatirnos por eso y ser capaces de encontrar alternativas creativas y tolerarlas”, concluyó Vorchheimer.
