Una beba de 13 meses internada en el Hospital Garrahan, un empleado municipal de 41 años, papá de siete hijos, y una abuela santacruceña de 63 años. Tres pacientes, cada uno con una enfermedad hepática diferente, pudieron recibir el trasplante de hígado que necesitaban para seguir viviendo gracias a un único donante cadavérico y el trabajo mancomunado de los médicos del Hospital Garrahan y la Fundación Favaloro (FF).
Es que los equipos de trasplante hepático de estas dos instituciones protagonizaron una verdadera proeza médica al combinar dos técnicas –la biparticipación hepática (split) y el trasplante hepático secuencial– para optimizar al máximo el uso del hígado a implantar y beneficiar así a tres receptores, dada la escasez de donantes que existe en la Argentina y en el mundo.
“El procedimiento que realizamos es el mejor ejemplo de trasplante dominó porque un órgano cadavérico se dividió en dos y se utilizó en un trasplante pediátrico y en uno adulto. Y, a su vez, el hígado del adulto benefició a un tercer receptor. Esto quiere decir que un mismo órgano permitió la sobrevida de tres pacientes”, manifestó Gabriel Gondolesi, jefe de Cirugía Hepatobiliar y Trasplante Hepático de la FF.
Se trata del primer caso registrado en América Latina y el cuarto a nivel mundial (los anteriores se realizaron en Portugal, Francia y EE.UU.). El trabajo fue presentado en el Segundo Congreso Latinoamericano de Cirugía Hepato-Pancreato-Biliar y ya fue aceptado para ser publicado en julio en la revista Liver Transplantation.
Proceso. Todo comenzó en la madrugada del 6 de febrero de este año con la disponibilidad de un hígado cadavérico de un donante anónimo. A través del Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante (Sintra) del Incucai, el órgano se asignó a un paciente pediátrico de 13 meses internado en el Hospital Garrahan con falla hepática aguda. Como era muy grande, se lo dividió, procedimiento que se conoce como bipartición o split. El segmento II y III se trasplantó al paciente pediátrico y el segmento derecho se distribuyó al sistema nacional.
“Desde 2010, por una resolución del Incucai, todo donante pediátrico tiene la obligación de distribuir el otro segmento hepático a cualquier paciente de la lista de espera. De esa manera se aumentó el número de donantes. Del 11% que había de utilización del split se pasó al 36% en 2013 y al 42% en lo que va de 2014”, sostuvo Oscar Imventarza, jefe del Servicio de Trasplante Hepático del Hospital Garrahan.
El segmento hepático derecho fue asignado a través del Sintra a Raúl Dorado, de 41 años, portador de una enfermedad genética llamada polineuropatía amiloidótica familiar (PAF) que produce una alteración enzimática en el hígado. “El paciente requería trasplantarse, pero como su hígado era funcional pudimos ofrecer ese órgano para un tercer receptor”, explicó Gondolesi. La destinataria fue Mirta Gladis González, de 63 años, quien padecía una cirrosis de origen desconocido. “Es cierto que el defecto genético está en el hígado donado, pero dada la edad de la paciente y su condición clínica se prevé que si tiene algún tipo de alteración lo haga en décadas, ya que la enfermedad tarda en manifestarse”, dijo Valeria Descalzi, jefa del Servicio de Hepatología de la FF.
De esta forma, mientras en el Garrahan se realizaba el trasplante pediátrico, en la Fundación Favaloro se acondicionaron dos quirófanos para trabajar en forma paralela. Raúl recibió el segmento hepático derecho del donante cadavérico y, a su vez, donó su hígado a Mirta, quien fue trasplantada unos minutos más tarde. Los tres pacientes ya fueron dados de alta y se encuentran evolucionando favorablemente.
“Este logro habla de la capacidad de los equipos tanto públicos como privados de la Argentina para trabajar en forma coordinada. Si uno tiene una patología que requiere un trasplante, en el país tiene los mismos resultados que si va a los mejores centros de EE.UU. o Europa. Y eso es en beneficio de la salud de los pacientes”, concluyó Imventarza.