CIENCIA
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Un tercio de los infartados muere sin recibir tratamiento médico

Las demoras del servicio de emergencias y las dificultades para derivar a los pacientes a centros especializados son los motivos.

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Cada 13 minutos, un argentino sufre un infarto agudo de miocardio. De las 40 mil víctimas anuales, la mitad no recibe tratamiento médico a tiempo y uno de cada tres muere por este motivo, de acuerdo con estimaciones del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).

¿Qué significa “a tiempo” cuando hablamos del ataque al corazón? “Recibir atención médica dentro de las primeras seis horas”, indicó Alejandro Cherro, subdirector de la especialización en hemodinamia, angiografía general y cardiología intervencionista de la UBA, en el marco del XXXI Congreso Nacional de Cardiología que termina hoy en la ciudad de Rosario.

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Un estudio local publicado en 2007 en la Revista Argentina de Cardiología halló que el intervalo de tiempo entre el inicio del infarto y la admisión de la persona en un centro hospitalario ronda las cuatro horas, mientras que el tiempo ideal no debería superar los 90 minutos. En el interior del país, otros estudios de 2006 señalan que la demora es de siete horas y media en promedio.

“Por cada hora que pasa, se pierde músculo cardíaco en forma irreversible”, aseveró Ernesto Torresani, cardioangiólogo y presidente del CACI. Entre las causas de la demora, Cherro enumeró el desconocimiento de los síntomas –que retrasa el pedido de auxilio–, la espera excesiva de las ambulancias y las dificultades para derivar a los pacientes a un centro especializado.

“Todos los pacientes con infarto deberían ser derivados a un centro de alta complejidad con hemodinamia”, sostuvo Cherro. Existen alrededor de 300 instituciones que brindan este tipo de servicios en el país. El tratamiento más efectivo, la angioplastia, consiste en “destapar” la arteria coronaria obstruida mediante la colocación de un catéter, un balón y, de ser necesario, un stent. Sin embargo, si la persona con infarto está lejos de un centro especializado, los médicos aconsejan comenzar lo antes posible con un tratamiento fibrinolítico, que consiste en fármacos que disuelven el coágulo en el 50% de los casos.

Otros países.
Ricardo Kracover, argentino experto en cardiología intervencionista en Israel, contó durante la presentación que, en aquel país, “el 96.5% de los infartos es atendido” y que “todos son derivados a centros especializados”. Igualmente, aseguró que “lo más difícil es el trabajo con la comunidad”. Eduardo Aptecar, argentino que se desempeña en Francia, explicó que, allí, el 25% de los pacientes aún no se beneficia del tratamiento adecuado contra el infarto.

El desafío del infarto no es solamente tratarlo, sino diagnosticarlo adecuadamente. Los síntomas clásicos son dolor opresivo en el pecho, que se irradia a uno o ambos brazos, a la espalda, a la mandíbula o a la boca del estómago. Si la molestia dura diez minutos o más, hay que llamar a la ambulancia. “El motivo por el cual sigue siendo una de las primeras causas de muerte es también porque es difícil de diagnosticar”, concluyó Alfredo Bravo, cardioangiólogo y miembro del CACI.