Ariel Baragiola y María Elena Medina tenían 19 años cuando una enfermedad llamada glomerulonefritis afectó sus riñones. Ambos debieron recurrir a un trasplante renal para salvar sus vida. Ariel recibió un riñón de su mamá hace veinte años, y María Elena fue trasplantada hace sólo tres gracias a un donante cadavérico. Pero hay algo más que los une: el deporte. Los dos participarán a partir de mañana en los XX Juegos Mundiales para Deportistas Trasplantados, que por primera vez tendrán como sede una ciudad latinoamericana: Mar del Plata.
Para María Elena, de 29 años, será su primera competencia internacional. “Tengo muchas expectativas, estoy entrenando todos los días. Hace tres años cambió mi vida, volví a nacer. Antes casi no hacía deporte, y después del trasplante empecé a caminar, a ir al gimnasio y a entrenar en la pista de atletismo del Cenard”, contó a PERFIL.
En cambio, para Ariel, de 41 años, será el décimo mundial en el que participará tras ganar 21 medallas como tenista y dirigir la Asociación de Deportistas Trasplantados de la República Argentina (Adetra). “Este es un evento de mucha importancia, es como un juego olímpico. Ojalá sirva para generar conciencia en la población sobre la importancia de la donación de órganos. En mi caso, el deporte me ayudó a recuperarme tras el trasplante. Siempre les agradezco a mis médicos y a mi familia haberme incentivado para que no abandonara el tenis”.
Oportunidad. Alrededor de 1.200 deportistas trasplantados de cincuenta países, entre ellos más de cien argentinos, competirán hasta el próximo sábado en 14 disciplinas: atletismo, natación, maratón, tenis, squash, tenis de mesa, vóley, golf, ciclismo, bádminton y bowling, petanca, tejo y triatlón. El evento tiene por objetivo promover la donación de órganos, tejidos y células en todo el mundo. De hecho, según Ariel y María Elena, cada vez que se hace un Mundial, un 30% más de personas manifiestan su voluntad de donar órganos en el país donde se organiza la competición.
Otro propósito de los Juegos es mostrar que se puede mantener una buena calidad de vida luego de un trasplante. Agustina Zambrano, de 16 años, es un claro ejemplo de eso. Recibió un trasplante de médula ósea a los 6 años y hoy es una talentosa nadadora. “Mi hermana era compatible y fue mi donante. Ahora puedo hacer de todo, como si nada hubiera pasado, voy al colegio a la mañana y entreno, y voy al gimnasio por la tarde. Es muy importante fomentar la donación. Hay pocos donantes de médula ósea porque muchos tienen miedo o no saben cómo es, y en realidad no es nada”, explicó Agustina.
En Argentina se realiza un trasplante cada cinco horas. Actualmente hay 7.751 pacientes en lista de espera por un órgano. Los juegos son organizados por el Ministerio de Salud de la Nación, el de Desarrollo Social, la Secretaría de Deportes, la World Transplant Games Federation y Adetra.