CIENCIA
Fsica del observatorio ligo

“Vamos a ‘ver y oír’ al universo; observar objetos desconocidos”

Gabriela Gónzalez lidera a los científicos que detectaron las ondas gravitacionales que predijo Einstein. Augura una revolución en astronomía.

La cordobesa es la líder del grupo de científicos que detectó las ondas gravitacionales que Einstein predijo hace cien años. Augura una revolución en astronomía.
| Gentileza Universidad Nacional de Córdoba.

“En astronomía cada instrumento nuevo produjo alguna sorpresa. Tal como ocurrió con los telescopios de rayos gamma y con los radiotelescopios, es muy probable que con las ondas gravitacionales aparezca algo que no conozcamos, que detectemos objetos nunca antes vistos en el universo”, afirma la física cordobesa Gabriela González, en su paso por la Argentina.
González lideró un equipo internacional de científicos del Observatorio LIGO (Laser Interferometer Gravitational-wave Observatory), responsables de uno de los avances de la ciencia más importante de los últimos años: la primera detección de ondas gravitacionales. Un fenómeno que Albert Einstein predijo hace cien años.

Con un tono cordobés que se resiste a abandonarla a pesar de los 27 años fuera de Argentina, González cuenta que su interés por la ciencia nació en la escuela secundaria, al estudiar física y química. “Pensaba que si uno sabía de átomos, moléculas, protones y fuerzas, podía explicarlo todo. Ahora, por supuesto, sé que no es así”, reconoce entre risas.

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En sus años de investigación descubrió que cada respuesta produce una cantidad de preguntas nuevas. “Las mil personas que trabajamos en esto estamos orgullosos de lo que hicimos, que es la suma de un montón de preguntas y respuestas más chiquitas. Ese es el espíritu de colaboración que se necesita”.

Durante una “visita relámpago para ver a la familia”, aprovechó para dar charlas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y en la Universidad Nacional de Córdoba, y dialogó con PERFIL.

—¿Qué son las ondas gravitacionales?
—Las ondas gravitacionales son una deformación del espacio-tiempo que predice la teoría de Albert Einstein, que dice que las masas no ejercen una fuerza gravitacional, sino que deforman el espacio-tiempo, y esa deformación hace que las masas se muevan como se mueven. Dos agujeros negros girando, por ejemplo, producen ondulaciones en el espacio-tiempo que viajan a la velocidad de la luz, ésas son las ondas gravitacionales. La teoría de Einstein ya había tenido muchas pruebas, comprobaciones y observaciones indirectas, pero nunca se había medido esta deformación del espacio-tiempo, y eso es lo que hicimos por primera vez.

—¿Cuál es el objetivo de la investigación?
—Nuestro objetivo no era probar la teoría de Einstein, lo que queremos es interpretar las señales que medimos para conseguir información de la fuente de las ondas gravitacionales. Por ejemplo, cuando detectamos esta señal, no sólo detectamos esta deformación del espacio-tiempo, sino que nos enteramos de que hubo dos agujeros negros bastante grandes, de treinta veces la masa del Sol cada uno, que chocaron y formaron un agujero negro todavía más grande a 1.300 millones de años luz. Cuando veamos otras señales serán de otros agujeros negros o de estrellas, y vamos a intentar hacer astronomía como se hace con los telescopios, pero con ondas gravitacionales.

—¿Cree que su trabajo revolucionará la física y la astronomía?
—Sí, en física vamos a tener mediciones de campos gravitacionales que son fuertísimos, pero creo que la revolución más grande va a ser en astronomía, porque vamos a estudiar agujeros negros que son objetos que no se ven con ondas electromagnéticas y observar objetos de las dos maneras. Nos gusta usar la analogía de que podemos ver y oír al universo. Esperamos poder observar ondas gravitacionales en sistemas distintos, en estrellas que rotan, en supernovas y lo que nunca imaginamos.

—¿Cuál es su mayor anhelo?
—Lo que más me emociona es ver la sensibilidad de los detectores, medir con precisión estas deformaciones del espacio-tiempo y también esperamos descubrir una onda gravitacional de la que no sepamos de dónde viene, cuál es la fuente. Una sorpresa y un nuevo desafío para los físicos teóricos y los astrofísicos.

El sueño de ganar un Nobel. La física argentina Gabriela González es profesora en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Louisiana (Estados Unidos), ubicada a casi 50 kilómetros de uno de los detectores del Observatorio LIGO. Su función, de líder electo cada dos años, es la de coordinar a los mil investigadores de distintos países que forman parte de la Colaboración Científica de LIGO. “El poder y querer discutir sobre ciencia todo el tiempo era algo bastante común entre mis colegas de la Facultad de Matemáticas, Astronomía, Física y Computación de la Universidad Nacional de Córdoba, y esto me ha ayudado muchísimo en mi función de líder de la Colaboración Científica”, reconoce González.

“A mí y a otros argentinos que conozco la formación en Argentina nos preparó de una manera impresionante”. Según González, sus colegas estadounidenses no pueden creer que no haya tenido que pagar por su formación. “En EE.UU. aún las universidades estatales son bastante caras y aunque tengan un sistemas de becas, es muy difícil el acceso para gente de clase trabajadora”.

¿Sueñan con ganar un Premio Nobel?, le preguntó PERFIL. “No nos gusta hablar del Nobel. El descubrimiento de ondas gravitacionales es un hecho importantísimo en la física por lo que sería muy sorprendente que en los próximos años no hubiera un premio Nobel y acá hay personas que han estado trabajando hace más de cuarenta años, desde que se empezó a soñar con este proyecto”, respondió.