Cerca de 300 parejas argentinas lo eligieron. Se puede determinar el sexo del bebé y optar por embriones compatibles con un hermano que necesite un
trasplante.
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Con un inexplicable vacío legal, en la Argentina ya nacen chicos seleccionados genéticamente. El primer tratamiento de este tipo se llevó a cabo en 1999, pero recién hace cuatro años se practica de manera más frecuente. Desde el 2003, cerca de 300 parejas han optado por tener hijos con este procedimiento.
El Diagnóstico Genético Preimplantatorio, conocido como DGP, permite seleccionar genéticamente los embriones antes de implantarlos en el útero, previniendo de esta manera trastornos relacionados con anomalías en algún cromosoma, o enfermedad vinculada con una mutación genética.
También es posible determinar el sexo del bebé y elegir los embriones que sean 100 % compatibles con un hermano enfermo que necesite un trasplante de médula o de células del cordón umbilical.
