Para el viernes 14 de noviembre, el pronóstico indica que el Índice UV máximo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) o Conurbano bonaerense alcanzará el nivel 11, catalogado como Extremo. Este valor implica un riesgo muy alto de daño cutáneo y ocular por exposición solar sin protección.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advierte que, en general, el índice de radiación UV se encuentra en niveles Extremos o Muy Altos en gran parte del territorio argentino durante la época estival, como lo es mediados de noviembre. Se requiere protección especial en todas las regiones del país con valores superiores a 8.
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Qué es el índice UV y por qué es importante para la salud
El Índice UV solar mundial (IUV) es una medida estandarizada de la intensidad de la radiación ultravioleta solar en la superficie terrestre, fundamental para evaluar el riesgo de daño a la salud. Esta escala, establecida por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), resume en un único número la capacidad de la radiación UV de producir lesiones en la piel y los ojos. Los niveles de 1 a 2 son considerados Bajos, de 3 a 5 Moderados, 6 a 7 Altos, 8 a 10 Muy Altos, y 11 o más Extremos, siendo imprescindible tomar medidas de protección a partir del valor 3.
Conocer el IUV es vital para la salud pública, ya que permite a la población anticiparse a los peligros de la sobreexposición y adoptar las precauciones necesarias. La intensidad de la radiación UV varía con factores como la altura del sol (siendo máxima alrededor del mediodía solar), la altitud y la concentración de ozono. La OMS subraya que, a mayor valor del IUV, mayor es la probabilidad de que la piel y los ojos resulten lesionados, y menor es el tiempo necesario para que esto ocurra.
El peligro de los rayos ultravioletas del sol para la salud
La exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) del sol conlleva graves riesgos para la salud, afectando tanto la piel como los ojos y el sistema inmunitario. A corto plazo, el peligro más evidente es la quemadura solar, pero a largo plazo, la exposición crónica y sin protección es la principal causa de cáncer de piel, incluyendo el melanoma maligno. Otros efectos cutáneos crónicos incluyen el envejecimiento prematuro, la aparición de arrugas y lesiones precursoras como las queratosis actínicas.
A nivel ocular, los rayos UV pueden causar daños agudos como la fotoqueratitis (una inflamación de la córnea), y crónicos, como las cataratas. La OMS calcula que un porcentaje significativo de casos de ceguera por opacidad del cristalino son atribuibles a la sobreexposición UV. Por fortuna, la OMS destaca que las enfermedades causadas por la luz ultravioleta, como el cáncer cutáneo y las cataratas, son en gran medida evitables si se aplican medidas de protección simples y sistemáticas.
Ante los niveles de radiación UV, la recomendación principal de la OMS y la OPS es evitar la exposición solar directa entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, el periodo en que la intensidad de los rayos es máxima. Durante estas horas, se debe priorizar buscar la sombra, bajo árboles, toldos o sombrillas, ya que incluso en días nublados los rayos UV pueden penetrar las nubes y causar daño.
Para una protección completa, es fundamental usar ropa que cubra la mayor superficie corporal posible, un sombrero de ala ancha que proteja la cara, las orejas y el cuello, y gafas de sol envolventes que filtren el 100% de los rayos UVA y UVB. Además, se debe aplicar un protector solar de Factor de Protección Solar (FPS) 30 o superior generosamente sobre la piel expuesta, reponiéndolo cada dos horas, especialmente después de nadar o transpirar. Los niños menores de un año no deben exponerse directamente al sol bajo ninguna circunstancia.