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Pandemia

Diario de la peste 2: cita con el virus

La política se articula resolviendo contradicciones y no generándolas, apoyada en el pensamiento. Y esto, se quiera o no, es un regreso del viaje al populismo.

Emmanuel Macron
Emmanuel Macron. | AFP

Incómoda, Sarlo, señalaba, en su columna de este diario, la referencia abusiva a La Peste de Camus que se puede leer en infinidad artículos estos días. Más directo, Emmanuel Macron, ayer dijo a los franceses: "Esto es la guerra". Y si bien muchos cifraron la cita en Hollande –el expresidente hizo la misma mención cuando Francia sufrió los atentados terroristas, masivos, en 2015–, hoy el editorial de Le Monde, no sin épica, la fija en Clemenceau para subrayar que Macrón repitió seis veces la consigna en su alocución.

Otra cita recorre Europa y, aunque parezca broma, es una suerte de fantasma para los neoliberales porque la mencionan sin dejar constancia de la fuente: piden al Estado que se haga cargo de la situación económica. Keynes una vez más llega con las noticias de la mañana. Pero esta vez, afortunadamente, no solo se recurre a la socialización de las pérdidas con el foco en la banca, sino que se asume –y esto sí que es un hecho diferencial frente a la situación financiera de 2008– el rol del empleo. Hay que defender el trabajo. Francia pone sobre la mesa medidas para asistir a quienes no puedan pagar hipotecas, impuestos, alquileres y servicios. El crédito fluirá para garantizar, en la medida de lo posible, la ocupación y se asistirá a quienes lo pierdan. En la tarde de hoy, en España, se anunciarán decisiones similares para responder a la situación que generarán las empresas que suspenden su actividad en España: Renault, Michelin, Peugeot, Burger King, todos los establecimientos ligados al turismo, el espectáculo, la gastronomía, el deporte… En fin, un país.

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La contención, en apariencia, es universal y aunque tendrá límites, abre un ciclo inédito. Por un lado, los gobiernos están sometiéndose al campo científico. Es decir, la política se articula resolviendo contradicciones y no generándolas, apoyada en el pensamiento. Y esto, se quiera o no, es un regreso del viaje al populismo. La puesta en valor del conocimiento es una respuesta a la crisis epistémica: las fake news dejan de ser el relato dominante. Las instituciones han tomado el mando y la comunidad global comienza a conversar. Parece contradictorio con los círculos concéntricos que forman las ciudades cerradas, en países con fronteras selladas y en, al menos Europa, continentes con el tránsito muy limitado. Sin embargo, nos vamos entendiendo. A pesar de que, como cierra Saer su novela La ocasión, a propósito de la peste amarilla –y por volver a las citas de Sarlo–, hic íncipit pestis. Y no sabemos cuanto tiempo se quedará.

MR/FF