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la suerte y el riesgo de la euforia

El dólar Viagra

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No hay mejor antidepresivo para un presidente argentino que tener el dólar bajo control. Aun si tuvo las peores variables económicas desde la crisis de 2002, apenas ocho semanas de tipo de cambio estable son una droga que lo hace sentir que puede aspirar a otro mandato. Unos días de la City en calma son Viagra en el geriátrico de la estanflación: los precios se despegan del cielorraso, la actividad económica aunque sea se estabiliza y con algún impulso oficial hasta algunos vuelven a entrar a las casas de electrodomésticos. No es ninguna novedad que el dólar siempre sube menos que los demás precios en los años de elecciones. Lo extraño es que eso le pueda bastar a un gobernante con los resultados de Mauricio Macri para subirse a la lona, e incluso, como dicen quienes lo han tratado últimamente, que lo ponga al palo.

“Eufórico”. Así lo definen. En los últimos días se mostró con ese estado de ánimo en una cena secreta con un argentino de trayectoria destacada en el fútbol europeo, una comida en la que se abundó en una idea tan superficial como relevante para él y que lo hace tenerse más fe, aunque parezca mentira: que siempre ha sido un dirigente con suerte. Y eso fue antes del cierre del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.

Aquella fortuna que le achacó al técnico de River cuando habló del “culón de Gallardo”, antes de la final histórica, lo ha acompañado siempre a él en muchas contiendas en su vida. Basta recordar el técnico ícono de su gestión en Boca Juniors, Carlos Bianchi, y las conquistas internacionales desde los penales.

“Macri es muy culón”, dice un hombre que lo frecuenta en la intimidad. Que se peguen una docena de corchazos los asesores que analizan en focus groups las mil formas de llegarle a la opinión pública para intervenir sobre ella. El jefe de Estado se considera, y su entorno lo valida, un tipo “culón”. Que Cristina se haya bajado lo pudo haber sorprendido en su momento, ¿pero alguien puede creer que el dólar estaría en $ 44 con la jefa en plena recorrida de campaña? “Eso es el culo de Mauricio”, explican lejos de la George Washington University.

La Reserva Federal pasó de medir a qué ritmo subiría las tasas a adelantar que está analizando cómo bajarlas, empujando dólares a los mercados emergentes, justo en la previa electoral.

“Es el culo de Macri. Pero si tuviera tanta suerte, el año pasado no habría habido sequía ni sacudón internacional”, traen con algo de realismo. Pero la superstición los puede. “Bianchi tenía suerte en los penales, en los momentos límites, no especialmente durante el partido”.

Todo este delirio es parte del pensamiento futbolero, quizás el más arraigado en la mente de Macri. Este año, en la cena de la Fundación Libertad, había explicado lo difícil que es triunfar en el país, a diferencia de un club de fútbol: “En el fútbol hay siempre una posibilidad de que aparezca el goleador o el jugador que te salve; yo me acuerdo cuando perdimos la final con Estudiantes de La Plata, que dije: ‘Vamos a traer a Riquelme de vuelta’. Pagué una fortuna. Lo trajimos y ganamos la Copa Libertadores, y fue una cosa maravillosa”. Mucho Duran Barba y Peña, pero algo de esto se le debe haber cruzado a la hora de “traer” a Pichetto al oficialismo después del Albertazo y en pleno coqueteo del Frente Renovador con Cristina. ¿Habrá topo Gigio en el segundo mandato?

A todo esto, el mundo de los negocios se reacomoda. Banqueros importantes ya se embanderaron con el albertismo a pesar de cruces furibundos con la ex presidenta durante su último mandato. “En esa silla, Alberto me dijo que su as de espadas en la economía es Nielsen”, dice uno de los exponentes del establishment financiero que imagina al ex secretario de Finanzas de Néstor Kirchner ocupando un rol relevante si gana la oposición. Mientras tanto, hace hipótesis temerarias sobre la cotización del dólar: “Hoy las vacas las están arriando, todas juntas van, pero ojo que alguna puede salir corriendo y las demás la van a seguir”. El banquero tiene una cifra en mente: dice que el Banco Central tiene US$ 18 mil millones de reservas líquidas para parar una eventual corrida. Un monto similar al de las letras de liquidez en circulación que emite el Banco Central y que suscriben los bancos con fondos de depósitos a plazos fijos para aprovechar las altas tasas de interés.

Dos novedades, en tanto, sacuden el mundo de la energía. Por un lado, a dos semanas del mayor apagón de la historia, Marcelo Mindlin, uno de los accionistas de Transener, la empresa señalada por la falla que dejó a 50 millones de usuarios sin luz, se quedó con su holding Pampa, con una central térmica privatizada por el Estado. Se llama Ensenada, pagó más de US$ 500 millones en sociedad con YPF. Por otro, en el sector gasífero se frotan los ojos. Entre enero y mayo, y con igual temperatura promedio que el año pasado, cayó 20% el consumo de gas. Por primera vez desde 2002, el precio del fluido modificó los hábitos de consumo.