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El Papa no vendría al país, en conflicto con los presidenciables

En el almanaque vaticano estaba marcado marzo de 2024. Pero, al parecer, otra vez quedará en la nada. Sus problemas de salud, la situación política, social y económica de Argentina y, además, la baja estima y casi nula relación con los tres candidatos principales dificultan la visita de Francisco al país.

Papa Francisco
Papa Francisco | NA

En el almanaque vaticano estaba marcada la segunda quincena de marzo de 2024. Era la fecha tentativa en la que Jorge Bergoglio volvería a poner un pie en su país de origen, por primera vez desde que fue elegido Papa. Pero, al parecer, otra vez quedará en la nada.

Formalmente, las razones que podrán llegar a divulgarse están basadas en sus dificultades de desplazamiento por su problema en las rodillas. Eso lo evidencian los viajes a cuentagotas y breves que realiza, como el que acaba de concretar a Mongolia. En ese vuelo de regreso a Roma, en su habitual diálogo con los periodistas enviados, volvió a insistir en esos inconvenientes de salud, aunque relató su agenda próxima de traslados. No mencionó a la Argentina.

¿Por qué no se entiende a Bergoglio en Argentina?

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Fuentes diplomáticas y cercanas a Francisco avalaron esa dificultad objetiva. Sin embargo, varias de ellas revelaron además que al Sumo Pontífice no lo entusiasma demasiado regresar cuando cree que la situación política, social y económica será peor que la actual. Esa sensación, dicen los voceros consultados, la tiene gane quien gane la elección presidencial.

Se comprende la preocupación papal. Es que más allá de lo que vaya a hacer en los primeros tiempos de gestión la futura administración, lo cierto es que Francisco tiene también una baja estima y casi nula relación con los tres candidatos principales: Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa.

Golpe de timón

Si bien nunca se confirmó la venida del Sumo Pontífice, él la dio a entender en algunos reportajes y sobre todo a través de canales informales.

Las luces de alarma en El Vaticano se terminaron de encender a pleno ante el sorpresivo triunfo de Milei en las primarias. El líder libertario había sido impiadoso con el jefe de la Iglesia católica antes de que su figura mutara a presidenciable. Lo menos que proclamó en varias entrevistas es que era comunista y maligno.

Ya en la actual campaña electoral, Milei bajó un cambio respecto a la figura de Francisco (como hizo con tantos otros temas polémicos) pero se las agarró con la “justicia social”, a la que consideró “una aberración”. Alguien debería haberle avisado que ese concepto no nace con el peronismo, sino con la doctrina social de la Iglesia.

Este embate, aquel más antiguo y el resultado de las PASO movilizaron esta semana a un sector muy activo de la Iglesia argentina, el vinculado al trabajo en villas, a un acto de desagravio y de apoyo al Papa.

Papa Francisco
Papa Francisco.

Ante unas 10 mil personas que se congregaron alrededor de la parroquia de la Virgen de Caacupé, justo a la entrada de la Villa 21 de Barracas, los sacerdotes villeros se hicieron escuchar. Quien tomó la voz cantante con la lectura de un documento acordado fue el obispo Gustavo Carrara, responsable de la Pastoral de las Villas de la ciudad de Buenos Aires, y el conocido padre Pepe di Paola.

Conviene prestar atención a uno de los párrafos del comunicado que leyó el obispo Carrara, en referencia a Milei sin mencionarlo: “Uno se termina preguntando si alguien con ese desorden emocional, que no puede encontrarse con quien piensa distinto sin gritar o insultar, puede soportar las tensiones propias del cargo público al que aspira”. El prelado es además Vicario General del Arzobispado de Buenos Aires, que desde hace unas semanas está a cargo de monseñor Jorge Ignacio García Cuerva. El acto contó, obviamente, con el aval de García Cuerva, nombrado por el Papa y muy cercano a él.

Habrá que ver si estas críticas eclesiales a Milei tienen algún peso en la campaña y en el voto del 22 de octubre. En especial porque la candidata libertaria a vice, Victoria Villarruel, tiene estrechos lazos con ciertos sectores muy conservadores de la Iglesia. Para ella también hubo una suerte de mensaje papal: Francisco saludó en la plaza San Pedro al nieto recuperado 133, sobrino de Mario Santucho, el fundador del ERP, 48 horas después del acto de Villarruel de “homenaje” a víctimas de la subversión.

Nada santos

Sin llegar a ese extremo, el vínculo del pontífice con Bullrich y Massa tampoco es el mejor.

De la candidata de JxC lo alejan sus continuas transformaciones político-ideológicas, según las fuentes consultadas. Y encima la tiene anotada como una de las dirigentes que avaló públicamente la ley del aborto.

Algo similar le pasa con Massa, que también apuntaló el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo junto a su esposa, Malena Galmarini. Igual, tiene un bonus track con el actual ministro de Economía. No le perdona que haya liderado a pedido de Néstor Kirchner, una operación para desalojarlo del Arzobispado porteño, el lugar que dejó para ser Papa. Massa es uno de los pocos políticos argentinos de peso que no ha tenido encuentro ni foto con el líder mundial del catolicismo. “Ni la tendrá”, asegura gente cercana a Francisco, con escasa misericordia.