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Preocupación en el Vaticano

Historia clínica de Francisco: la fragilidad humana del Papa y una carta de renuncia ya firmada

A los 86 años, Jorge Bergoglio usa bastón y silla de ruedas por dolencias en rodilla y cintura. Pero después de muchos rumores, sigue creyendo que el ministerio papal es de por vida.

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El Papa Francisco besa a un bebé durante la audiencia general semanal el 8 de noviembre de 2023 en la plaza de San Pedro en el Vaticano. | AFP

Diez años después de ser electo como el nuevo Papa, Francisco camina lento y la mayoría de las veces tiene que ser llevado en silla de ruedas. Sus dolores en la rodilla y la cintura aumentaron considerablemente y sus dolencias despertaron los rumores (para muchos opositores, el deseo) de que renuncie al cargo. El último episodio de salud preocupante se dio el fin de semana pasado, cuando el Papa debió cancelar sus actividades del sábado y no se asomó a la Plaza de San Pedro para el Ángelus por una inflamación pulmonar.

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La idea de dejar el Papado, como lo hizo su antecesor Benedicto XVI hace 10 años, sobrevuela El Vaticano y es un tema tan recurrente que el propio Francisco tuvo que responder varias veces al respecto. A pesar de los achaques propios de su edad, Francisco parece tener una salud general buena y estable para un hombre de su edad. "No diriges la Iglesia con una rodilla, sino con la cabeza", le dijo a un asistente después de que comenzó a usar una silla de ruedas en público por primera vez el 5 de mayo de 2022.

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papa Francisco

De hecho, aunque confirmó que había firmado una carta de renuncia, Jorge Bergoglio -de 86 años- sigue creyendo que el ministerio papal es de por vida. Hoy, con bastón o silla de ruedas, continúa con la misma cantidad de audiencias públicas y privadas que antes de que su rodilla se convirtiera en un problema constante el año pasado.

El cardenal Kevin Farrell, un funcionario irlandés- estadounidense del Vaticano, describió al Papa como un gran ejemplo para las personas mayores que enfrentan problemas de movilidad.

"Él acepta sus limitaciones con un gran espíritu y corazón. Creo que es un ejemplo para todos nosotros. No debemos ocultar el hecho de que con la edad viene una disminución de nuestra capacidad para desempeñar un papel activo en el vida del mundo actual", dijo Farrell.

El Papa, dijo, "nos muestra también que con las limitaciones que tiene físicamente y con la edad, no va a parar. Nos manda un mensaje a todos de que todos tenemos que seguir adelante".

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En enero de 2021, el periódico italiano Corriere della Sera informó que Francisco -a quien le extirparon parte de un pulmón debido a una enfermedad cuando era joven en la Argentina- estaba haciendo una dieta para perder 7 u 8 kilos porque sufre un fuerte dolor de espalda causado por el nervio ciático y se sometía a fisioterapia continuamente.

En julio de 2021, Francisco fue operado por diverticulitis, una afección del colon que es común en los ancianos.

El objetivo de la cirugía a la que fue sometido Francisco es reducir los problemas causados por los divertículos, que son pequeñas hernias en la pared del colon con un amplio espectro de manifestaciones clínicas incluyendo hemorragia, inflamación (diverticulitis) o las complicaciones asociadas a la misma (obstrucción o perforación).

En septiembre de 2021 Francisco dijo que no se le pasó "por la cabeza" renunciar, desmintiendo así rumores al respecto difundidos por medios italianos publicados esos días. 

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"¡Yo no sé de dónde han sacado la semana pasada que yo iba a presentar mi renuncia!", se quejó. "Siempre que un papa está enfermo corre brisa o huracán de cónclave".

Pese a su energía, desde abril de 2022, el Papa no fue el celebrante principal de las misas públicas, lo que lo obligaría a permanecer de pie durante horas. Delegó ese papel a un cardenal de alto rango, mientras él continuaba presidiendo los servicios y pronunciando una homilía.

En julio del año pasado, al regresar de un viaje a Canadá, Francisco reconoció que su avanzada edad y su dificultad para caminar podrían haber dado paso a una fase más lenta de su papado.

"Creo que a mi edad y con esta limitación, tengo que preservarme un poco para poder servir a la iglesia. O, alternativamente, pensar en la posibilidad de dar un paso al costado", dijo entonces. 

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Explicó entonces que prefería no operarse la rodilla porque no quería que se repitieran los efectos negativos a largo plazo de la anestesia que sufrió después de una operación intestinal en julio de 2021.

Y, una vez más, afirmó que no tenía planes de renunciar en el corto plazo y que si finalmente lo hiciera sería por razones de salud graves, como si estuviera gravemente incapacitado.

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"No es una catástrofe: se puede cambiar de papa y no es un problema", afirmó el pontífice, quien sin embargo aclaró: "No he pensado en esa posibilidad, pero eso no quiere decir que pasado mañana no lo piense", agregó.

Hablando de sus problemas de rodilla, Francisco lamentó: "No creo que pueda seguir con el mismo ritmo de viajes que antes". "Creo que a mi edad, y con estas limitaciones, tengo que guardar un poco mis fuerzas para poder servir a la Iglesia, o por el contrario pensar en la posibilidad de hacerme a un lado", dijo.

En diciembre de 2022, reveló por primera vez en una entrevista que firmó una carta de renuncia hace casi una década en caso de que su mala salud le impida desempeñar sus funciones.

"He firmado ya mi renuncia en caso de impedimento médico", dijo en una entrevista al diario español ABC, en la que explicó que firmó la carta y se la entregó en 2013 al entonces secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcicio Bertone, antes de que este se jubilara.  

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"Yo la firmé y le dije: 'En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen'", explicó.

En enero de este año, Francisco dijo a la Associated Press que no pensaba renunciar a corto plazo y que estaba bien de salud, aunque explicó que estaba volviendo a sufrir los problemas en el intestino que obligaron a operarlo en 2021.

Además, reveló que sufrió una caída que le provocó una fractura ósea que, sin embargo, se curó sin necesidad de operar, gracias a una terapia llevada a cabo con láser e imanes.

Y en la misma entrevista que reveló que, en caso de que renuncie, querrá adoptar el título de obispo emérito de Roma y que le gustaría ir a vivir en la residencia para sacerdotes ancianos de la diócesis, como haría cualquier otro sacerdote jubilado. En febrero de 2023, la idea de una inminente renuncia papal desapareció del mapa.

La dimisión de un papa no debe "convertirse en algo así como una moda", consideró Francisco en una entrevista en la que aseguró que su renuncia no estaba  "en agenda por el momento".

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En la misma entrevista, confirmó que escribió una carta de renuncia dos meses después de haber sido elegido, en marzo de 2013: "Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio y no soy plenamente consciente para dimitir", explicó.

"Sin embargo, esto no significa para nada que la renuncia de los Papas deba convertirse en algo así como una 'moda', algo normal", matizó Francisco. "Benedicto [XVI] tuvo el valor de hacerlo porque no quería seguir adelante a causa de su salud. Esto no está en mi agenda por el momento".

"Creo que el ministerio del Papa es ad vitam. No veo ninguna razón para que no sea así", agregó, considerando que "la tradición histórica es importante". "Si, por el contrario, le hiciéramos caso a los 'chismes', ¡entonces deberíamos cambiar de Papa cada seis meses!", agregó, en alusión a algunos críticos con su gestión.

Francisco, de 86 años, es ahora el tercer papa más longevo de la historia de la cristiandad: solo es superado por Clemente XII, que vivió 87 años y 30 días en el siglo XVIII, y León XIII, quien murió en 1903 a la edad de 93 años y 140 días.

Benedicto XVI, que murió en diciembre a los 95 años, se habría convertido en el Papa más anciano de la historia si no hubiera renunciado en 2013.

Las últimas alarmas: "una infección respiratoria" y "una inflamación pulmonar"

El 29 de marzo pasado, el Vaticano confirmó que los controles médicos a los que se sometió Francisco revelaron "una infección respiratoria" (excluida la infección Covid-19) que lo obligó a pasar algunos días de "tratamiento médico hospitalario adecuado".

El Pontífice se había "quejado" en las últimas horas "de algunas dificultades respiratorias" por lo que fue trasladado al Policlínico A. Gemelli para someterse a algunos controles médicos. En un primer comunicado, se había especificado que se trataba de "controles previamente programados", descartando, por tanto, un malestar imprevisto.

Según informes de la prensa romana, al regresar a la residencia de Santa Marta, tras presidir como cada miércoles la audiencia general de los miércoles en la Plaza de San Pedro, el Papa comenzó a sentir unas punzadas en el pecho.

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Por ello, su asistente sanitario personal, Massimiliano Strappetti, le aconsejó ir inmediatamente a hacerse unos controles al hospital Gemelli, al que llegó en ambulancia.

El diario italiano Il Corriere della Sera citó fuentes del hospital Gemelli que informaron de que el Papa "sufrió problemas cardíacos al final de la mañana y que por seguridad fue llevado para controles en el departamento de cardiología".

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Asimismo, el pasado 7 de junio el pontífice fue sometido a una operación que duró tres horas por una hernia abdominal. Se trató de la tercera internación que tuvo el santo padre en el Hospital Gemelli desde el 2021. En esa oportunidad, estuvo tres horas bajo anestesia general.

Luego de haber estado más de una semana en el Hospital Gemelli por una intervención quirúrgica y a pocos días de su alta médica, el Papa debió desistir de leer un discurso frente a los miembros de la Reunión de las Obras de Ayuda de las Iglesias Orientales (Roaco) por falta de aire. "Estoy todavía bajo los efectos de la anestesia y la respiración no es buena", se excusó Francisco, y los presentes recibieron una copia del discurso.

En aquella ocasión, el doctor Sergio Alfieri fue categórico respecto a la etapa de convalecencia de su santidad. Si bien le clarificó que podía realizar tareas sin inconvenientes, le recomendó que sea “cuidadoso con sus esfuerzos” aunque no tenga que estar haciendo reposo absoluto. Por ese motivo, el Papa no pudo encabezar la audiencia donde pronuncia la catequesis ante los fieles.

Papa Francisco: "No estoy bien de salud"

Durante este mes, ocurrió un evento similar. Al respecto, el jefe de la Iglesia católica había dicho que no estaba bien de salud durante una audiencia a los miembros de la Conferencia de rabinos europeos. "Buenos días, os saludo a todos y os doy la bienvenida. Gracias por esta visita que tanto me gusta, pero sucede que no estoy bien de salud y por eso prefiero no leer el discurso, sino dároslo y que vosotros lo llevéis", dijo el Sumo Pontífice con voz cansada y algo ronca.

La última alarma se encendió luego de que Francisco cancelara sus actividades durante el fin de semana pasado y no se asomara a la Plaza de San Pedro para el Ángelus debido a una inflamación pulmonar. Si bien desde el Vaticano aseguraron que se encuentra bien y descartaron que se tratase de una pulmonía, siempre son de extremo cuidado las enfermedades respiratorias que pueda tener, más allá de su avanzada edad, a raíz de que le falta parte de un pulmón.

"Se cancelan las audiencias del Santo Padre previstas para esta mañana por una gripe leve", informó el Vaticano durante la mañana del sábado 25 de noviembre. Por la tarde de ese día, la Santa Sede emitió un segundo comunicado indicando que el Papa se había sometido a una "tomografía computarizada (...) para descartar el riesgo de complicaciones pulmonares". "El examen dio un resultado negativo, lo que tranquilizó a los médicos del papa Francisco", añadió el texto.

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Debido a su estado de salud, el Sumo Pontífice tampoco se asomó el domingo siguiente a la Plaza de San Pedro durante el Ángelus, sino que rezó desde la capilla de su residencia de la Casa Santa Marta porque, como indicó, padecía "una inflamación pulmonar" consecuencia de un ligero estado gripal.

"Hoy no puedo mirar por la ventana para ver el Ángelus porque tengo este problema de inflamación pulmonar. La reflexión será leída por Monseñor Braida que los conoce bien porque es quien los hace y siempre los hace tan bien. Muchas gracias por su presencia", comentó el Papa.

Pese a su imposibilidad para trasladarse hasta el balcón del Palacio Apostólico, Francisco sí recitó el Ángelus, aunque con cierta dificultad y tosiendo en alguna ocasión. Además, se veía sobre su mano una vía para facilitar la medicación que se le está suministrando. "Buen domingo y no dejéis de rezar por mi", pidió Francisco antes de despedirse.

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Según explicó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, "para facilitar la recuperación del Papa" se pospusieron algunos compromisos importantes previstos para estos días "para que pueda dedicar el tiempo y la energía deseados". Sin embargo, aclaró que otros, de carácter institucional o "más fáciles de sostener" dadas las condiciones sanitarias actuales, "se han mantenido".

"El estado del Papa es bueno y estacionario, no tiene fiebre y su situación respiratoria mejora claramente", señaló Bruni en respuesta a las preguntas de los periodistas. Además, confirmó que la TAC a la que se sometió el Papa "excluyó una neumonía, pero mostró una inflamación pulmonar que provocó algunas dificultades respiratorias". "Para una mayor eficacia de la terapia, se colocó una aguja de cánula para la infusión intravenosa de la terapia antibiótica", agregó.

ds CP