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El paro no soluciona los problemas

Quedan dudas de si alguno de los 43 paros generales de la democracia fueron efectivos, si ayudaron a defender un salario digno y mejores condiciones para los trabajadores.

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Carolina Stanley y Maria Eugenia Vidal | NA

El paro nacional es una señal fuerte para el gobierno. Como dice María Eugenia Vidal, no va a transformar la realidad. Quedan dudas de si alguno de los 43 paros generales de la democracia fueron efectivos, si ayudaron a defender un salario digno y mejores condiciones para los trabajadores. Como dice Triaca, el paro no soluciona los problemas. Estos problemas han comenzado de modo más notorio con la corrida.

La suba del dólar y de la tasa de interés con la corrección fiscal que pide el Fondo nos llevarán a un escenario social más complicado. El año será cercano a cero en cuanto a crecimiento del PIB, con una inflación cercana a 30 como piso. A fin de 2018, seguro subirán la pobreza y el desempleo. Es momento de apoyar y de construir, no de bloquear. Hasta ahora el contexto social ha ido a mejor: menor pobreza, menos desempleo y un crecimiento mediocre del PIB en 2017 y hasta abril de 2018, pero crecimiento al fin.

El gobierno no ha buscado atajos, buscó la difícil diagonal del gradualismo que se trabó el mes pasado y ahora, al acudir al Fondo, procura evitar correcciones severas del salario real como la de Videla Martinez de Hoz de abril del 76 y la de Duhalde Lavagna en 2002, que hicieron caer el consumo.

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Hay sensibilidad social. Continúan los planes sociales, se aumentó con la reparación histórica a jubilados, obras públicas en zonas vulnerables, tarifa social, entre otros frentes. En 2004, los jubilados tenían el 4% del PBI y 10% del PIB con Macri, con bajos niveles de pobreza para la tercera edad en relación a la de los jóvenes.

Hay apertura a flexibilizar paritarias, el Estado está subiendo la pauta de las mismas. Frigerio habló recientemente de 25% para la negociación salarial empresarial. Hay escucha respecto a la emergencia alimentaria como propone la Pastoral Social. Por otra parte, sería deseable una reforma laboral pro trabajadores y pro competitvidad que es posible y que actualice modalidades anacrónicas que vienen de los años 40.

Esto podría ayudar a crear empleo en 2019 por encima de los 600.000 puestos de 2017, asumiendo que será un año de recuperación como todos los impares desde 2011. Por pragmatismo electoral, al gobierno le conviene defender el salario real 2018 y 2019 aunque sacrifique mayor inflación. Coincido con Blejer en que la clave es la actividad y no tanto los precios. Las elecciones se ganan con actividad y empleo.

En definitiva, un paro ideológico que ojalá sirva para una defensa genuina del poder adquisitivo con paritarias equitativas ante la voracidad del capitalismo que describía Guido di Tella. Bienvenido el derecho a huelga que Gernigon sintetiza en el libro de la OIT, pero madurez ciudadana a la hora de bloquear a un gobierno que con muchos errores le ha puesto el cuerpo a lo social.

*El autor es director del Área de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral.