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NO CORRESPONDENCIA

El regalo de Cristina y los interrogantes políticos

Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner | Cedoc

La velocidad con que crece la preocupación por la situación general del país abarca  a la mayoría de los ámbitos públicos y privados. Estamos en tiempos de vorágine acelerados en la medida en que dejamos atrás al coronavirus. Como dice el filósofo Byung-Chul Han “El covid se convirtió  en una luz negra que desnuda lo que a simple vista no se ve. La vulnerabilidad humana no es igualitaria o inclusiva”. Mientras asistimos a una demanda colectiva de mejor calidad de vida hecha en silencio por los sectores medios y en voz alta por sectores de la protesta social.

Hace mucho que no escuchamos tanto libre pensamiento haciendo hipótesis sobre si el Gobierno llega o no al final del mandato. De quién sucedería al Presidente, si se adelantarán las elecciones, si Cristina se está corriendo del Gobierno y lo deja solo. Si Kicillof, si Máximo, etc., etc. Y eso que no hace un mes se firmó el acuerdo con el FMI, y que el dólar y la pobreza bajan.

Hay una especie de no correspondencia entre ambas situaciones. La economía  aparenta mejorar, pero la política empeora. Eso se llama falta de confianza. Lo  preocupante de esta situación amén del interrogante institucional es que todas estas especulaciones golpean sobre una opinión pública que necesita un horizonte claro.

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Las interpretaciones sobre el regalo de Cristina al Presidente son un ejemplo. Hay tantas interpretaciones como interpretantes. ¿Quiso decir que le va a pasar lo mismo que  a Alfonsín o que a De la Rúa? Hiperinflación y adelantamiento de las elecciones o que así no termina. ¿Quiso, decir que es urgente que cambie el equipo económico que el que tiene no sirve y que está a tiempo de revertir? ¿Quiso decir enterate de cómo se gobierna? Así podríamos seguir. Lo que queda claro  es que dijo: “Nosotros tenemos que situarnos en la realidad de nuestra patria y desde ahí mirar el mundo, y desde aquí tomar las decisiones. Y no creernos que hay buenos y malos: hay intereses”. Ergo, la política es conflicto de intereses. ¿Y  acaso Alberto no cree que la política es conflicto de intereses? Difícil que no sea así, el Presidente repitió estos mismos conceptos más de una vez.

¿Cristina Kirchner le regaló a Alberto Fernández un libro que no leyó?

Queda claro que estamos asistiendo a diferentes concepciones  de cómo se resuelve el conflicto de intereses. Y esto es lo que en verdad discute la dirigencia. Tanto los del oficialismo como la oposición. Casi como cuando los peronistas se preguntan con qué Perón me quedo. Con el confrontativo o con el de “para un argentino no hay mejor que otro argentino”.  

Mientras ellos discuten Massa y Manzur empiezan a decir: terminen con la pelea, si no, nos devoran los de afuera. En paralelo a esta discusión la inundación de rumores y especulaciones hace que muchos protagonistas terminen presa de los mismos y comienzan a no entender claramente ni qué sucede, ni por qué sucede. Y eso lleva a la impotencia dirigencial  de todos los ámbitos y al incremento de la angustia colectiva. Si la dirigencia  no tiene claro cómo será el mañana menos lo puede tener la gente.

Cuando los que gobiernan comienzan a decir los votantes no me entienden, es lo mismo que decir deje de entender a la gente. Cuando otros dicen yo entiendo todo lo que pasa pecan de soberbia. Cuando los aspirantes a gobernar también temen hacer movimientos, definir rumbos porque temen perder electores están en la misma situación que los oficialistas.

El Gobierno necesita reaccionar y tomar la ofensiva. Ni este clima político debe continuar ni una proyección inflacionaria superior al 60% puede satisfacer a nadie. Pero quienes critican al Gobierno desde dentro creyendo que así se salvan de la crítica porque advirtieron que éste no era el rumbo correcto están en una trampa de la cual es difícil salir.

Hoy la opinión pública cree que el Presidente o toma las decisiones en función de lo que le dicta la vicepresidenta o que las decisiones las toman en conjunto. Hace mucho tiempo ya que el electorado dejó de mirar al Palacio y a lo que sucede en la Corte. Y lo que se pregunta es si la Corte los está mirando.

*Consultor político.