Fran Martin, el ex militar de la película El transportador tenía un curioso trabajo: trasladar todo tipo de paquete o persona a bordo de un auto lujoso por los caminos europeos. El duro personaje caracterizado por el actor Jason Statham tenía tres reglas a la hora de aceptar un nuevo encargo: 1) “Nunca cambies el trato” 2) “Sin nombres” y 3) “Nunca abras el paquete".
El transportador argentino, Oscar Centeno muy lejos de esas reglas hacía todo lo contrario, anotaba absolutamente todo, primero en anotadores y luego en cuadernos con una apretada caligrafía.
Centeno era el chofer de Roberto Baratta, ex subsecretario de Coordinación y número dos del ex ministro de Planificación Julio De Vido. Eran ocho los cuadernos y habrían quedado en poder de su esposa cuyo nombre se mantiene en reserva y se la conoce por el código HH.
En esas anotaciones no sólo consignaba las rutas, sino quienes eran los nombres de los transportados, y qué transportaba cada vez, con en especial atención en bolsos con billetes. Las fechas de las curiosas bitácoras depositadas inicialmente en manos de un periodista del diario La Nación arrancan el 23 de marzo de 2005 y finalizan en 3 de noviembre de 2015, con algunas lagunas entre cuaderno y cuaderno.
La causa judicial la lleva adelante el atribulado Juez Federal Claudio Bonadío y llevó a la detención de exfuncionarios, asesores y hasta empleados de la anterior administración como los propios Baratta y Centeno, el ex secretario de Baratta, Nelson Lazarte, Rafael Llorens, exsecretario Legal de Planificación, el ex presidente de Enarsa Walter Fagyas y Oscar Thomas exdirector del Ente Binacional Yacyretá.
El propio Baratta ya había estado preso y muchos otros ex funcionarios tenían causas judiciales, ¿cuál es la novedad entonces? La novedad es que en esta oportunidad Bonadío decidió detener a quienes habitualmente están ocultos del otro lado del mostrador: los empresarios. Una vieja demanda de parte de la sociedad.
En esas anotaciones no sólo consignaba las rutas, sino quienes eran los nombres de los transportados, y qué transportaba cada vez, con en especial atención en bolsos con billetes.
La lista de los empresarios detenidos o con pedido de detención incluye nombres pesados del mundo de la construcción como Gerardo Ferreyra de Electroingeniería, Juan Carlos Goycochea ex presidente de Isolux-Corsan firma ganadora para la construcción nunca concretada de la Usina Termoeléctrica de Río Turbio, Carlos Mundin, presidente de BTU, y nada menos que el mendocino Francisco Valenti de IECSA, sigla que significa Industrias Metalúrgicas Pescarmona Sociedad Anónima.
Si todos estos nombres no alcanzan para explicar la conmoción del día, hubo dos más que son un verdadero terremoto político: Carlos Wagner, el notorio ex presidente de la Cámara de la Construcción, y Javier Sánchez Caballero, ex gerente general de Iecsa, la empresa de Ángelo Calcaterra. Algunas fuentes también lo sindican como mano derecha de Franco Macri. Las balas pican cerca, dicen algunos ¿se atreverá a profundizar en esa senda Bonadío?
Como no puede ser menos otra batalla se inició en las redes sociales, algunos creen que todo el acto en cuestión es el puntapié inicial de la campaña electoral que se llevará adelante en 2019. Los más suspicaces piensan que es simplemente una maniobra para sacar de la “cancha” a Cristina Fernández de Kirchner, pero otros miran más allá y piensan que si el juez realmente avanza hasta el final, el llamado Lava Jato argentino puede transformarse en un Mani Pulite, como el italiano, de sorprendentes consecuencias.
(*) El autor es sociólogo (Sígalo en Twitter @cfdeangelis)