El escenario que tanto reditúa por igual a Mauricio Macri y Cristina Kirchner empieza a mermar y ninguno de los dos líderes pretende soltarlo fácilmente. Así, ambos pusieron el cuerpo a una elección con medio siglo de tradición partidaria en Neuquén para confirmar que el desgaste y la incapacidad de leer la provincia energética por excelencia desnudan sus debilidades. Cambiemos sólo logró enterrar el radicalismo apenas unos días, y CFK ya no puede entender que su fuerte es el silencio y la crítica visceral y desmemoriada sobre una argentina que no la tuvo como protagonista en su capacidad de comprender.
Neuquen quedó finalmente en manos del dirigente que el sector público y privado querían: Omar Gutierrez es quien conversa en privado contratos con empresas y también envía a Buenos Aires a votar leyes a sus legisladores sin demasiado chistido. Tiempos embrionarios para un dirigente de futuro alcance nacional si el modelo Neuquen es exportable.
El Peronismo así logró confirmar una vez más que Cristina Kirchner no es la carta ganadora, pero sí la que más mide. Los que digitan la indómita tierra bonaerense saben que por ahora la gestión de Maria Eugenia Vidal los mantendrá en la gatera un tiempo más, pero azuzan posibles batacazos de la mano de la obediencia debida en las boletas a la ex presidente. Una encuesta que tranquiliza a la matancera Verónica Magario, legítima aspirante a intendente o gobernadora, es que allí Cristina supera el 40% y Macri no llega al 25%. Difícil desempeño en Primera y Tercera sección electoral con números tan pobres para Macri. Que no es lo mismo que Vidal en números y percepciones, hoy lo cuali y cuanti patean en contra del Presidente y dan cobijo a la gobernadora. Es la foto, no la película.
Macri se rodea de un "nopasanadismo" peligroso
La consultora DattaLab de Juan Colin volvió a encontrar a Vidal muy por encima de sus competidores con el 50 de imagen positiva. Un dato de la encuesta exclusiva a la que Perfil tuvo acceso: un tercio de los bonaerenses no sabe a quién votaría. Es decir, todos pueden soñar con el mismo premio, sólo resta saber quién endilgará el duro presente que atraviesa la provincia a Vidal, Scioli, Macri, CFK o "el peronismo" como suelen repetir en la Rosada para generalizar los males de la Argentina.
El reordenamiento lógico del partido de Juan Perón gira en torno a algunos nombres que molestan en Balcarce 50. En San Juan se sabe que Sergio Uñac pretende mucho más de lo que tiene, y su vínculo con el sector privado, la Rosada, el peronismo federal y los gremios lo posicionan como un jugador de alcance para 2023 tras una elección que podría orillar los 60 puntos. Razona en privado: "dos rios, uno contaminado, poco suelo para producir y presupuesto acotado: o falta plata o sobran sanjuaninos, pero para eso me pagan, siempre llego a fin de mes".
La consultora DattaLab de Juan Colin volvió a encontrar a Vidal muy por encima de sus competidores.
Por otro lado, el raquitismo del PJ despierta algunos que debieron desempolvar los trajes importados de épocas laborales para volver al redil, aunque con algunos talles más chicos. Tal es el caso del otrora esgrimista verbal Aníbal Fernández devenido en tuitero desvelado, quien debió volver a calzarse el traje de candidato, esta vez más adaptado a sus condiciones y capacidades reales: será pre candidato a concejal por la ciudad de Pinamar, donde Martín Yeza va por la reelección y selló su amor el fin de semana tras una buena temporada. Así, Fernández deberá entender que tras la peor elección a gobernador de la historia con su nombre a la cabeza, no está mal integrar la interna del concejo deliberante de la ciudad playera, donde quizás hubiese logrado una mejor performance en 2015. No es seguro.
Rosana Bertone también piensa en su futuro. Su relación con el oficialismo es tensa, pero cordial y sin traiciones. La Rosada valora sus aspiraciones nacionales, saben que reelegirá en la fria Usuhaia donde debió hablar por teléfono dos veces con CFK en el último mes. El vínculo entre ellas no es malo, es pésimo hace muchos años, desde que Néstor Kirchner veía con buenos ojos a la abogada que trabajaba con Corach y tejía vínculos sin descanso. De allí el cruce de mensajes con la Corte Suprema y el sector privado por igual. La Cámpora pretende correrla por izquierda y sólo logran aumentar su imagen de equidistante con mirada social, otros de los beneficios de dejar que CFK hable y sus voceros tergiversen.
El reordenamiento lógico del partido de Juan Perón gira en torno a algunos nombres que molestan en Balcarce 50.
Finalmente Roberto Lavagna, otro experimento fallido del establishment, deberá seguir sosteniendo ideas sin posibilidad de ser presidente, no quiere hacer campaña, no quiere interna, no quiere sólo peronismo y quiere digitar sus colaboradores: síntomas de dirigentes de otra época sin paciencia para novatos. Los aspiracionales de Sergio Massa, intactos, Urtubey ya no sabe qué hacer para evitar lo que en silencio se confirma hace tiempo en Salta: Allí el nuevo gobernador será Alfredo Olmedo, quien ya ensaya discursos para la campaña presidencial 2023 con la profesionalización que no tuvo anteriormente. El PJ volverá a elegir, triunfo épico o sectarismo y derrota.
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