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ELECCIONES / PANORAMA

Eventos inesperados

Ni oficialismo ni oposición tienen hoy nada seguro, y las encuestas son solo provisorias. Votos a contar.

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BOMBO MUDO Cristina Fernández | DIBUJO: PABLO TEMES

Los rumores arrecian en la Argentina, avalados por la sensación de que cualquier cosa puede pasar. La caída en intención de voto de Mauricio Macri por debajo del 30% que muestran muchas encuestas genera un terremoto por debajo de la superficie política. El problema, para disgusto del Gobierno, es que la cuestión económica ha pasado a dominar el panorama político y los discursos legitimadores han pasado a un segundo plano. Argumentos como la corrupción, la pesada herencia, el sacrificio, y más novedosos como “que se están dejando las bases para que el país crezca y lo disfruten las futuras generaciones” no parecen tener efecto, excepto en el voto duro macrista.
La cuestión social apremia, en forma más invisible que la económica. El video del chico llorando por tener hambre en Tucumán conmovió a muchos, pero no hizo más que reflejar en forma visual los datos que provee el Indec: un 46,8% de los chicos de 0 a 14 años son pobres y un 10,9% son indigentes, es decir no cubren la canasta alimentaria, no comen. El discurso del Gobierno para empatizar con la situación diciendo que “sabemos que muchos no llegan a fin de mes” no sirve para mitigarlo.

Senderos que se bifurcan. En el oficialismo, parte de sus tensiones políticas se centran en la rebelión de los radicales que amenazan irse al campamento de Roberto Lavagna. Algunos creen que lo mejor es que se vayan pues ya aportaron la estructura que se necesitaba y no suman electoralmente, salvo excepciones. Pero los más cautos sostienen que el posible impacto simbólico de una retirada radical es difícil de calcular. En este sentido se discute la (im)probable incorporación de un radical en la fórmula, otros van a fondo y desean una renovación completa de la boleta presidencial.
La crisis en el grupo gobernante se puede observar en emergentes como el enfrentamiento entre María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich por el caso del tiroteo entre policías en Avellaneda y en el presunto espionaje de que habría sido víctima la gobernadora. En estos momentos muchos se preguntan si Vidal desea ser candidata a presidenta este mismo año. El enojo que le provoca a Macri la situación es indisimulable, como pudo verse en la conferencia de prensa en Entre Ríos, donde respondió en modo irónico cuando le preguntaron por Vidal: “Es tan buena que la queremos poner en todos lados, pero ella tiene que ser candidata a gobernadora”. Curiosamente, la presencia del mandatario en Entre Ríos tuvo como finalidad promover a su candidato a gobernador, el radical Atilio Benedetti. También fue muy fuerte ver al Presidente rechazando un fallo judicial de la provincia que prohíbe la fumigación con agroquímicos en cercanías de las escuelas.  

Sueño eterno. Por el lado de la oposición, la discordia de Lavagna con Sergio Massa como respuesta al acto en La Rural deja en suspenso a Alternativa Federal, y de alguna manera los libera a todos de un sello marcado por las diferencias. Queda por ver qué harán dirigentes como Miguel Angel Pichetto o Juan Schiaretti frente a la bifurcación de la avenida del medio. No pocos piensan que el ex ministro se adelantó con la jugada, pero quienes lo sostienen plantean que es imposible estar en las PASO de este espacio y al mismo tiempo incorporar, por ejemplo, a Miguel Lifschitz y a Ricardo Alfonsín. ¿Se podrá zurcir ese entramado justo en el momento que parecía progresar entre los indecisos y atraer al voto blando de Cambiemos?

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En el otro rincón está el runrún permanente sobre si Cristina Kirchner se presenta o no. Daría la impresión de que hay un doble juego entre dejar trascender que no se presentaría y llevar adelante acciones de armado propios de alguien que, si bien no sube dramáticamente en las encuestas, se encuentra con la ventaja del empantanamiento y cerrazón del Gobierno. Si fuera candidata (escenario con el 70% de probabilidad), intentaría generar unas PASO donde los nombres de Agustín Rossi, Felipe Solá y el propio Daniel Scioli podrían ser de la partida. Si la ex presidenta se autoexcluyera, podrían probar con unas PASO con algunos precandidatos más. Lo complejo de esa iniciativa es cómo asegurar la trasferencia de votos de CFK a la lista ganadora.

El tiempo es veloz. La velocidad con que ocurren los hechos en la Argentina hace que los desenlaces de cara a la fecha del cierre de listas –22/6– sean de imposible previsión. Así como el Gobierno se declaró incompetente en materia de predicciones, los analistas políticos tampoco pueden arriesgar; por ende, todas las encuestas son provisorias. Sobre ellas, permanentemente se discute si aciertan o no los resultados, pero no cabe duda de que ayudan a organizar el sistema político dividiendo a “los que miden” de los que no. Es que en un sistema democrático sin partidos políticos reales surge el enigma de con qué procedimiento son elegidos los candidatos. En ese marco pueden proliferar los “self made”, como el caso de los famosos que deciden “meterse” en política (Marcelo Tinelli) o los especialistas proyectados (Facundo Manes). Pero la cosa no es 100% voluntarismo, para no pasar papelones.

Argentina es un país donde todo parece posible.

Incluso una institucion sagrada como el acto eleccionario se ve comprometido cuando la empresa Smartmatic, que probablemente sea contratada para el escrutinio, muestra en su página web (https://bit.ly/2U0OILN) que ofrece a sus contratantes la posibilidad de “calcular tendencias estadísticas y matemáticas para anticipar o predecir los resultados electorales”. ¿Para qué se querría hacer esto? También la empresa explica que “una vez consolidados los resultados, la proclamación es el proceso por el cual el algoritmo determina los ganadores en las elecciones”, ¿qué algoritmo sería ese, cuando desde que se implantó el voto secreto el ganador es la suma simple de las boletas que se depositaron en las urnas? La empresa también cuenta sus experiencias recientes en las elecciones de Ecuador y en Venezuela. Para prestar atención en el país de los eventos inesperados.

 

*Sociólogo (@cfdeangelis).