Tras conocerse el agregado de 500 mil nuevos desocupados desde diciembre –350 mil urbanos sobre la población que mide el Indec de 27,5 millones de personas y más de 150 mil en el resto del país– se produjeron las declaraciones del ministro Alfonso de Prat-Gay
(Buenos Aires, 24 de noviembre de 1965) sosteniendo que la inflación ya no es un tema
En igual momento el también ministro Federico Adolfo Sturzenegger (Rufino, 11 de febrero de 1966) advertía que la batalla de la inflación no había sido ganada y le daba razón el relevamiento del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), que señala que en agosto, la suba de los precios se aceleró y fue del 2,1% para el nivel general, y un 5,6% para la canasta básica alimentaria.
El índice de precios de supermercados (IPS-CESO), que releva más de 15 mil precios de productos online, muestra una aceleración de la inflación de los supermercados respecto de julio, donde los aumentos habían sido del 1,1% en la general y del 3,5% para la canasta alimentaria.
Los mayores incrementos mensuales se registraron en los rubros: Marroquinería (+15%), Muebles (+11,8%), Gastronomía (+9,7%), Panificados (+9,1%) y Carnicería (6,2%).
El costo de vida para no ser indigente, medido a la última semana de julio, totalizó $ 2.033 para un adulto equivalente y $ 6.282 para una familia tipo de cuatro integrantes, representando un aumento mensual del 5,6%, y un aumento anual del 47,9%.
En el acumulado desde diciembre de 2015 la suba de la canasta básica alimentaria fue del 31,5%. Para el mes de agosto, los productos con mayores alzas fueron carnes (+18%), papa (+17%), galletitas dulces (+11,3%). Entre las bajas se encuentran los quesos (-22,3%), las legumbres secas (-6,5%) y leches (-4,2%).
Por otra parte, la actividad económica no para de caer. Según la Fundación Germán Abdala, en julio se produjo la cuarta contracción en el nivel de actividad luego de atravesar un proceso de visible desaceleración en el crecimiento desde finales de 2015.
Luego de un segundo trimestre con una caída de 3,2%, el Indice de Actividad marcó una contracción de 5,4% en julio, superando incluso la caída del mes anterior (-4,5%).
Esta dinámica se produce principalmente como consecuencia de las contracciones en Despachos de Cemento (-20,6%), IVA-DGI en términos reales (-3,3%), Ventas minoristas (-8,1%) y la Producción industrial (-7,4%).
Las perspectivas de evolución del PBI para este año parecen ya superar todas las proyecciones negativas, estimándose una caída superior al 2%.
En suma, altísima inflación, caída de actividad, desempleo en alza, salarios en caída libre (-12,1% a julio), desmoronamiento del consumo (-24% interanual a julio en el Conurbano), lo único que se cumplió en este primer año de las tantas promesas del gobierno neoliberal es la magnitud y velocidad con que se contrae nueva deuda.
Según un detallado estudio de Julio Calzada y Nicolás Ferrer, en lo que va de 2016 y como se ve en el gráfico, el gobierno nacional ha efectuado una fuerte emisión de deuda que suma un total de US$ 43.552 millones.
Esta ha sido destinada a pagar holdouts, canjear letras del Banco Central, emitir letras del Tesoro para cubrir el déficit fiscal y recomprar cupones PBI. Los gobiernos provinciales no se quedaron atrás y emitieron cerca de US$ 5.850 millones estando presentes en los mercados las provincias de Buenos Aires, Neuquén, Mendoza, Gobierno de la CABA, Córdoba y Salta.
Adicionalmente, en los dos últimos meses Chubut y Chaco han colocado deuda por unos US$ 900 millones. A esto se suman las emisiones de letras de tesorería (provinciales y municipales) realizadas por nuestro Mercado Argentino de Valores (Ex Mercado de Valores de Rosario), donde participaron los gobiernos de la provincia de Santa Fe y Mendoza, y las Municipalidades de Río Cuarto y Córdoba.
O sea, nos hemos insertado al mundo, y rápidamente el mundo (¡ay!) nos ha insertado a nosotros, estimados lectores de PERFIL.
*Director de Consultora Equis.