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La nueva derecha mítica

Una de las características más sorprendentes de estos tiempos es la cantidad de personas que se autoidentifican de derecha.

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La liga patriótica. Lista para salir a reprimir en la Semana Trágica. | cedoc

Orgullosamente de derecha. Es una novedad completa en Argentina, un país donde esta casilla del posicionamiento político estaba prácticamente vacía apenas dos décadas atrás, hoy casi cuatro de cada diez argentinos se ubican allí, y este valor sube hasta veinte puntos en los estratos más jóvenes. El significado de ser de derecha en Argentina es un misterio, difícilmente se le pueda agregar un contenido definitivo, por ahora se lo puede asociar a los adjetivos de “antisistema”, “anti-Estado”, o “antipolítica”, pero estas aproximaciones parecen tanto parciales como incompletas.

En la historia argentina se puede reconocer la existencia de fuerzas de derecha a partir de la década del 20 del siglo pasado, pero organizadas sobre otras bases. Se trata, en la mayoría de los casos, de ciertas elites juveniles basadas en ideas clericales y nacionalistas nacidas como reacción a la triple conjunción de la inmigración plebeya, y las ideas anarquistas y de izquierda internacionalista que llegaron a estas tierras con muchos militantes europeos que se escapaban de la Europa en guerra. También estos sectores estallaron como repudio a la ley Sáenz Peña, que implantó el voto secreto y obligatorio (aunque solo masculino), así que también se consideraban antiliberales. El grupo más famoso de aquellos días fue la Liga Patriótica Argentina, fundada precisamente en 1919. Algunos autores plantearían que esta organización era fascista o proto-fascista.

Locura y violencia. El 24 del 24

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A los extremos. A partir de la Liga Patriótica, la derecha autoritaria fue mutando en contenidos y en actores, pero generando una extensa presencia en la historia argentina que llega a nuestros días. En 1937 se constituye la Alianza Nacionalista Argentina (ANA), que iría a tener conexiones con el peronismo. Sus integrantes eran antiimperialistas, partidarios de un Estado corporativo, de la acción directa, también criticaban la democracia y el sistema político, constituyendo una crítica temprana a la casta.

A partir de 1955, parte de la ANA se replegará hacia la Resistencia Peronista, acercándose al sindicalismo peronista y confluyendo en lo que años después se conocería como la ortodoxia peronista. En 1957 un grupo inspirado en la mazorca rosista crea el Movimiento Nacionalista Tacuara, conducido por el seminarista Alberto Ezcurra Uriburu, con una orientación más falangista y antisemita embebidos de las lecturas de George Sorel y Jordán Bruno Genta. A partir de los años 60, un sector se escinde y funda el Movimiento Nacionalista Revolucionario Tacuara, constituyendo en 1963 la primera acción guerrillera de envergadura, asaltando el Policlínico Bancario y robando la friolera de 100 mil dólares.

El Partido Militar-Liberal. La historia de la derecha liberal fue mucho menos rimbombante a lo largo del siglo XX. A partir de la muerte de Julio Argentino Roca, en 1914, el Partido Autonomista Nacional (quizás el proyecto conservador más consistente de la historia) entra en una larga crisis, por lo que ninguno de los cuatro presidentes que siguen a Roca logra terminar su mandato. A partir de 1916, las ideas liberales entran en un ocaso ya que no logran coincidir con las aspiraciones populares. No obstante, el cuadro liberal Adalbert Krieger Vasena sería ministro de Hacienda en 1957 con el general Pedro Aramburu durante la Revolución Libertadora. Duró apenas un año, pero en ese período Argentina entró en el FMI. Otro dirigente liberal, Álvaro Alsogaray, asumiría como ministro de Hacienda con Arturo Frondizi. En 1959 dio un famoso discurso que bien podría replicarse en estos días: “Lamentablemente, nuestro punto de partida es muy bajo. Muchos años de desatino y errores nos han conducido a una situación muy crítica. Es muy difícil que este mes puedan pagarse a tiempo los sueldos de la administración pública… Las medidas en curso permiten que podamos hoy lanzar una nueva fórmula: hay que pasar el invierno”.

En el centro de la escena

A partir de la distancia con las mayorías populares, las ideas económicas liberales solo se podían impulsar desde dictaduras militares. El ámbito militar fue el único lugar donde la batalla cultural había triunfado. Uno de sus mayores exponentes fue José Alfredo Martínez de Hoz como ministro de Economía de Jorge Rafael Videla. Esto lo tenía claro Alsogaray que, a pesar del contexto, insistió en armar un partido político (UCeDé) para participar de los procesos electorales con escasa suerte (en su mejor elección de 1989 sacó un millón doscientos mil votos), hasta que Carlos Menem golpeó su puerta.

Muchos años después, Mauricio Macri fundaría el PRO, encarnando ciertos ideales conservadores (sin ir más lejos, el orden y la meritocracia), pero nunca se asumió como liberal ni tampoco como alguien de derecha, consideraba que las caracterizaciones de derecha e izquierda eran cosas del pasado.

Los nuevos mitos. ¿Cómo emergen estos núcleos liberales-libertarios en la Argentina en esta década? No es del todo claro. La mayoría de los movimientos de derecha extrema en Europa y Estados Unidos se basa en el rechazo al globalismo, el repudio a los inmigrantes y el rechazo al feminismo. Solo este elemento está presente en los núcleos mileístas más intensos.

Hagamos de cuenta de que Milei es liberal y republicano

Una pista para este masivo crecimiento de estos ideales mercado-intensivos fue la combinación de la cuarentena de 2020-2021 con las redes sociales. La ilusión del triunfo personal sin “la pata del Estado” sobre la cabeza, un mundo sin impuestos (100% barrani) ni obligaciones sociales fue tomando forma políticamente mientras Alberto Fernández presentaba con emoción el suministro de vacunas rusas y se transmitía con emoción la llegada del vuelo de Aerolíneas Argentina con la Sputnik.

Mientras el progresismo se maravilló con las virtudes de la masa madre y del yoga en casa, buena parte de los jóvenes de aislamiento social preventivo y obligatorio fueron cautivados con la posibilidad de emprender en un mercado-mundo infinito, comprar y vender en Amazon y en las posibilidades que abría el bitcoin, una cuasi moneda sin Estado, ni control, inventada por Satoshi Nakamoto, un personaje cuya identidad nadie conoce.

*Sociólogo.