Tal como ocurría con Néstor Kirchner en vida, nuevamente todo el debate en términos de perspectivas electorales es saber si de cara a las elecciones del año 2011, el Frente para la Victoria gana o no en primera vuelta.
Obviamente, si las elecciones fueran hoy no cabe la menor duda de que el triunfo del FPV no requeriría doble vía. Ya estaba en el 36% de intención de votos superando el piso de 30% de junio de 2009, antes de la tragedia de la muerte de Néstor Kirchner, tanto para la opción encabezada por el ex presidente como por Cristina, como anticipáramos en mayo desde estas mismas columnas.
Hoy supera largamente los 40 puntos de votos y la oposición, cada vez más fragmentada y en crisis y cuyo paroxismo se vio en la última sesión de tratamiento del presupuesto, no logra aproximarse a menos ya no de 10 sino de 20 puntos respecto del oficialismo.
En líneas generales, el sacrificio de Néstor Kirchner devolvió a Cristina a los niveles de votos del año 2007 y mantiene la distancia, la más importante de la historia electoral reciente, respecto a la segunda minoría que hoy encarna Ricardo Alfonsín y ya no Elisa Carrió, desplazada al fondo de la tabla y hoy muy cómoda peleando la promoción, con un suculento 4% de intención de voto nacional.
Esta circunstancia de tanto predominio oficialista en las proyecciones electorales son hoy y por ahora parte del “sentido común” que circula en los medios, que la oposición no logra quebrar y que resultó sólo cuestionada por editorialistas de la argentina virreinal, y también con valentía –hay que decirlo– y a sólo dos día del fallecimiento de Néstor, por el compañero Zuleta, que hablando ligerito, como acostumbra, afirmaba en radio Mitre que la Presidenta no sólo no crece, sino que (¡ay!) cae en intención de voto, pasando de 34% antes del fallecimiento de Néstor a 30% a posteriori. Notable comportamiento electoral el observado por Zuleta (el audio acá: https://www.divshare.com/download/13104842-128).
Para colmo, y como es típico en este país tan individualista, la contundencia del sentido común del triunfo de Cristina, hasta desató una entretenida controversia en la empresa Poliarquía, obligando a desdecir sus propios números a uno de los socios ante la lógica perplejidad de Marcelo Zlotogwiazda, que dio a conocer por radio los resultados que asignaban un 45% de votos a Cristina (audio acá: https://audioblogs.cienradios.com.ar/zloto/2010/11/15/los_numeros_y_las_especulaciones_de_cara_a_2011/).
Es interesante este panorama de fuego cruzado entre “analistas de opinión” porque el orden anterior en la patria consultora, instituido por la prensa hegemónica tras las elecciones de medio mandato de junio de 2009, resultaba muy funcional a la oposición en tanto los resultados sólo fueron publicados poniendo la lupa en la derrota oficialista en provincia de
Buenos Aires, sin reparar de manera explícita en el pequeño gran detalle de que el FPV en medios de condiciones socioeconómicas muy desfavorables por el impacto de la crisis internacional y políticamente aún sufriendo la erosión del conflicto abierto por la 125 ideada por Martín Lousteau, había mantenido su condición de primera minoría a nivel nacional con el 30% de los votos.
Hoy, el primer paso a seguir en materia de comunicación de información electoral a un año de las elecciones se juega por entero en la capacidad de construir el mejor relato acerca de la situación electoral, el de mayor efecto sobre la “opinión pública”.
El relato, luego constituido en “mito del 40+1” de los votos a favor del FPV, inaugurado desde estas mismas columnas, fue muy exitoso en la etapa anterior a la muerte de Néstor Kirchner, no tanto porque fuera “verdad” –nunca tuvo semejante pretensión, puesto que ninguna presunción de voto lo es antes de realizarse como hecho– sino porque resultó verosímil.
Esa el la disputa de la etapa en materia de opinión pública, no tanto por “la verdad” que a un año sólo la conoce Dios, sino por construir un relato “verosímil”. Todos los “analistas” están en eso, incluidas las temibles, rigurosas, objetivas “consultoras de opinión”, independientes, todas menos Consultora Equis y este servidor que la dirige, que como bien se lee al pie de esta columna, “asesora al Gobierno”.
¡Qué barbaridad! Habrase visto tanta falta de objetividad, veracidad, fraternidad e igualdad. ¡Oíd mortales, el grito sagrado! ¡Asesorad, asesorad, asesorad!
*Director de Consultora Equis. Asesora al Gobierno.
