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subrayados

Más complejo

Balas 20230708
Armas de fuego | Unsplash | Tom Def

Avanzan en la política argentina las propuestas de neto corte estatista. Es el caso de José Luis Espert, por ejemplo, entre varios otros. Él ya ha dicho, y lo ha dicho varias veces, qué es lo que se propone hacer con aquellos que pelean por sus derechos o protestan contra las injusticias: propone encerrarlos o propone matarlos. ¿Qué otra cosa, sino eso, expresa esa formulita tan siniestra que aportó y con la que machaca: “cárcel o bala”? Un grado más crispado y más terrible del consabido “vigilar y castigar”: esto es encerrar o matar. Doble advertencia, doble amenaza, esgrimida desde una disyuntiva engañosa, para amedrentar a la población, para paralizarla en el miedo.

No es el único que piensa así y alberga semejantes intenciones, pero es uno de los que más abiertamente lo declaran. No han faltado, en la historia argentina, quienes, desde el Estado, se propusieron encerrar o matar a una parte de la población; lo raro es que alguien lo explicite así, y que lo haga en democracia, y que lo haga y no pase nada, que lo diga como si tal cosa. La palabra bala, las balas mismas, a manera de propuesta electoral, programa y plataforma. Suscita adhesiones, ya lo sé. Habrá de resultar tentador para quienes, gustos de la violencia, se piensan siempre del lado del carcelero o del lado del matador; y no del lado de quienes, por luchar o por manifestar, se ven amenazados de muerte (bala) o de ser privados de libertad (cárcel).

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La postura es clara: a favor del Estado y en contra de la libertad. Es evidente el tenor estatista de la propuesta de Espert, ya que las cárceles que invoca son instituciones de encierro del Estado y las balas que reclama o que promete habrán de ser disparadas contra los ciudadanos por las fuerzas represivas del Estado. No es el único que piensa así, por supuesto. En los espacios políticos que ocupó y que ocupa, son varios los que recelan de la gestión estatal cuando se trata de paliar desigualdades sociales flagrantes o de garantizar derechos, pero el Estado les encanta cuando se trata de su función primordial, esa que la izquierda política tanto cuestiona: la del aparato represivo. No sorprende, en este sentido, aunque a la vez no deja de resultar llamativo, que el terrorismo de Estado, máxima expresión de la injerencia estatal en la historia política argentina, máxima expresión del arrasamiento de libertades, pueda no suscitar consternación en estos sectores, que en cambio le busquen matices o compensaciones, que lleguen incluso a avalarlo. Es cuanto menos desconcertante la noción de libertad que manejan.

Pensaba en todo esto después de haber leído algunas cosas que Theodor Adorno escribió sobre la música de Mozart: “La ‘divina frivolidad’ de Mozart se refiere, en términos de la filosofía de la historia, al momento en el que la libertad y soberanía libertina de lo feudal se convierte en la burguesa, lo cual no obstante en ese estadio aún se asemeja a la feudal (…). Mozart murió justo antes de que la Revolución Francesa se tornara en represión”. Y algo más adelante, lo que escribió sobre la música de Beethoven: “Es el tributo forzado de Beethoven a la esencia ideológica en cuyo hechizo cae aun la música más elevada, la cual siempre aspiró a la libertad bajo la permanente ausencia de libertad (…). Su parentesco con aquel movimiento libertario burgués que atraviesa estrepitosamente su música es el de la totalidad que se despliega dinámicamente”.

El arte de subrayar

Y ahora mismo estoy leyendo Revolución de Enzo Traverso, y subrayo este fragmento: “Si el concepto de libertad es ambiguo y polisémico, su genealogía nos exige distinguir entre sus definiciones político-filosófica o histórica: como estatuto jurídico y político, la libertad es una meta por conquistar o una condición por utilizar. Como señaló Herbert Marcuse, el llamado a la libertad bajo la opresión tiene potencialidades emancipatorias y críticas; en una sociedad libre tiende a convertirse en una retórica vacía o una justificación de posturas conformistas”.

Por ahí van hoy por hoy mis subrayados, acaso porque la noción de libertad se emplea de un tiempo a esta parte de una manera a menudo vacua, tan frecuente como equívoca. Sé que la expresión “es más complejo” actualmente cosecha más que nada burlas. No obstante, es lo que pienso: que la noción de libertad es más compleja.