COLUMNISTAS
PANACEAS

Polos que se tocan

debate elecciones francia Emmanuel Macron Marine Le Pen g_20220421
Francia. El debate presidencial entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen. | AFP

Por derecha y por izquierda, la oposición viene acusando al gobierno de Emmanuel Macron de pecados de distinta índole, como falta de transparencia, delirios de grandeza, políticas de precarización laboral, represión policial y uso oportunista de la pandemia, entre otros. De restricciones muy severas y cuestionadas, Francia pasó, no bien arrancó la campaña, a una cotidianidad similar a la de antes de 2020 y los odiadores del presidente aseguran que, cuando haga falta, recurrirá nuevamente al “pánico sanitario”. Los recientes aumentos de precios, sumados a nuevos casos de corrupción (chequear McKinseygate) y a lo que algunos entienden como errores estratégicos de cara a Rusia y Ucrania, se ven, a su vez, como algo a perpetuarse sin un cambio de  gestión.  

Mañana, el país optará entre la continuidad del modelo actual y la propuesta de la candidata de derecha Marine Le Pen, hija del famoso Jean-Marie. Seguramente, ella cuente con los votos de Eric Zemmour, otro candidato de derecha, novato en política, pero también tachado de xenófobo y ultraconservador. La gran pregunta es qué harán los votantes de Jean-Luc Mèlenchon, único representante de izquierda que logró una buena performance en la primera vuelta. Varios analistas dicen que un sector va a abstenerse porque juzga las dos opciones disponibles como “versiones de la derecha” y otro va a ir por Macron, pero bajo la globalmente extendida lógica del mal menor. Un grupo más reactivo, que acuñó durante meses la frase “cualquier cosa menos Macron” y que cuenta en sus filas con miembros del debilitado movimiento chalecos amarillos, estaría dispuesto a ponerle el voto a la derecha que su propio candidato juzga de fascista, racista y amiga de los peores intereses. Aun en un país que se hace ver como una panacea de la democracia liberal, problemas financieros, sociales, raciales y legales atraviesan izquierdas y derechas capaces de combinarse en un cóctel extraño, pero a tono con estos tiempos.