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violencia en el fútbol

Sin balas de goma

Luego de la represión a hinchas de Boca, en el aprevide evalúan pedirle al ministro Berni que los efectivos policiales no porten armas con perdigones durante los operativos.

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Frente a frente. Hinchas y policías cara a cara: una postal que se repite como un loop en los estadios de Argentina. | NA

La represión a hinchas de Boca por parte de la Policía Bonaerense, en la previa del clásico contra San Lorenzo en el estadio Uno de La Plata, generó consecuencias en ámbitos muy distintos: los videos de hinchas subidos a redes sociales y el repudio del propio club unas horas después de lo ocurrido hizo que el enojo se amplificara y llegara hasta el Ministerio de Seguridad de la provincia y la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide).

De acuerdo a la información a la que accedió PERFIL, en ese organismo evalúan solicitarle al ministro Sergio Berni que los efectivos dejen de portar armas que disparen balas de goma en los operativos que se organizan en los alrededores de los estadios de fútbol.

Esto se da luego de que la Bonaerense disparara de manera discrecional e imprudente a un grupo de personas que el último martes quería acceder a ver el duelo contra San Lorenzo en La Plata. Sobre la hora del partido, cientos de hinchas se agolparon contra un vallado –varios de ellos sin entradas, aunque la mayoría sí las tenía– y querían avanzar, a lo que la policía respondió con perdigones de goma y gases lacrimógenos. 

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“El operativo, que dejó a una gran cantidad de hinchas con su entrada en la mano sin la posibilidad de ingresar al espectáculo por el cual pagaron, estuvo lleno de falencias en los controles”, puntualizó Boca en su comunicado oficial. 

En el Aprevide reconocen que hubo fallas y aseguran que estudian las imágenes y videos para sumariar a los efectivos que pusieron en riesgo la integridad de hinchas. También estudian un dato que para ese organismo contribuyó a que se generara la represión, los disturbios y las posteriores detenciones: a las 20.40 ninguno de los molinetes en la tribuna popular de Boca funcionaba, lo que imposibilitó tener el número final de personas que ingresaron a ese sector, visiblemente desbordado.   

La mayoría del público de San Lorenzo llegó a La Plata por Ruta 6, empalmando por ruta 215 y luego la avenida 44, mientras que los simpatizantes de Boca accedieron por la autopista Buenos Aires-La Plata y luego avenida 122.

En la noche de La Plata hubo tres controles: el primero, a casi cien metros de la cancha; en el segundo anillo, donde la policía cacheó y personal pidió el DNI para cruzar los datos de Tribuna Segura (donde figuran las personas con pedidos de captura y prohibición de entrada a los estadios); y un tercero donde, sobre la hora, se agolpó la gente y en el que se generaron los episodios que repudiaron en el club. 

El operativo había comenzado a las 17 del martes y contó con alrededor de 550 efectivos. Sin embargo, no funcionó. “Sabemos que, en Argentina, el hincha resigna un montón de derechos cuando va a la cancha: vas y te maltratan, no vas a disfrutar la llegada, disfrutas solo el partido”, le dice un funcionario a PERFIL. 

¿Hay alguna intención entonces de cambiar esto? En principio, la de siempre: la prohibición. Seguir prohibiendo la entrada del público visitante, para garantizar menos “conflictividad” para la policía y operativos menos costosos para los clubes.

Parches para evitar mayores problemas, que vuelven como un loop cada vez que existe un partido de interés con las dos hinchadas en un mismo estadio, algo que ocurrirá el próximo 16 de marzo, cuando se enfrenten Boca y River por la Supercopa Argentina.

 

La vuelta de los visitantes: “No se puede”

Por una cuestión más económica que deportiva o cultural, algunos clubes de Argentina –sobre todo los medianos y los chicos– piden cada vez más seguido que vuelva el público visitante a los estadios. La prohibición, que era “transitoria”, ya lleva siete años y es posible que se sostenga: ninguno de los cinco grandes ni otros clubes poderosos del interior pretenden que se cambie el esquema. 

“No se puede”, dicen en el Aprevide cuando se refieren a esta cuestión. Y agregan: “Es incontrolable y tiene un costo económico que los clubes no lo van a poder afrontar”. Para ese organismo, la mayor dificultad no es lo que sucede dentro de las canchas, sino en los traslados y en el acceso de los hinchas. Algo que quedó claro el último martes en La Plata.