Si bien la pandemia infecta todo, sobre todo lo político, el Gobierno insiste en dar muestras de un proceso de gestión que luce muchas veces contradictorio o errático. Lejos de encarar la resolución de un problema, un sistema así lo empeora. En cualquier campo.
Andrés Malamud, uno de los politólogos argentinos de mayor lucidez, lo define como “un modelo de toma de indecisiones”. Y expone de ejemplo más reciente las idas y vueltas en torno a las restricciones nocturnas on demand, que la Nación finalmente dejó al arbitrio de cada provincia.
Repasemos una decena de casos similares, sacando de la lista aquellas cuestiones vinculadas a lo estrictamente sanitario, donde se puede conceder el beneficio de la duda o del paso a paso por tratarse de un fenómeno inédito en todo el mundo.
Acaso la frustrada expropiación de Vicentin inauguró este hilo de incongruencias. Se sumó la política sobre el tipo de cambio, con el Ministerio de Economía y el Banco Central yendo y viniendo entre ellos durante semanas para controlar el dólar, cuando acariciaba los 200 pesos.
Las tarifas de los servicios públicos y del transporte son otro botón de muestra. Se congelaron hasta fines de 2020. Martín Guzmán propuso su salida del freezer para reducir la carga de los subsidios dentro del recorte del déficit fiscal prometido al FMI. Se postergaron las subas hasta marzo o abril, y nadie asegura que eso se cumpla justo en un año electoral y con presión inflacionaria.
Guzmán además proclamó que no habría IFE 4. Desde la Cámara de Diputados, Sergio Massa y Máximo Kirchner atizaron que parte de los recursos que se obtendrían con el demorado impuesto a la riqueza podría solventar ese cuarto capítulo de ayuda. Quedó en la nada.
En la nada navega la reforma judicial que pomposamente presentó el propio presidente. Nadie sabe aún cómo se financiará la creación de nuevos juzgados, fiscalías y defensorías en diferentes lugares del país, solo para disimular que lo que se busca es esmerilar el poder de Comodoro Py. Pese a que Cristina Fernández de Kirchner dijo que no era su reforma, el Senado la aprobó exprés. Diputados la tiene dormida.
Duerme también la política exterior respecto de Venezuela. En el Consejo de Derechos Humanos de la ONU la Argentina condena las violaciones humanitarias de la administración Maduro. Pero en la OEA lo defiende.
¿Se sale a defender las PASO? Vamos viendo. Se da un guiño a gobernadores e intendentes insospechados de no ser oficialistas para que promuevan públicamente la suspensión de las primarias. Pero se activan los pasos legales para llevarlas a cabo.
Sí fueron expeditivos con el aumento de las prepagas, la semana pasada. En el mismo día autorizaron un alza de hasta el 7% a partir de febrero y horas después lo cancelaron.
Algo similar puede ocurrir con la prohibición de exportar maíz, que provocó el llamado a un paro de las principales entidades del campo. Fuentes oficiales admiten que se negocia levantar la medida, pero nunca bajo presión de un lockout patronal.
Puede que en alguna situación se golpee primero para luego acordar. Puede que se ejerza el derecho a probar y a rectificar. Puede que las contradicciones o la inacción expresen las tensiones internas del Frente de Todos.
Por la razón que fuera, o la suma de todas ellas, la toma de indecisiones no parece ser el mejor camino para enfrentar la peor crisis de nuestra historia moderna. Es tan riesgoso ir por el rumbo equivocado como no tener uno claro. A veces hasta puede ser suicida.