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PANORAMA económico

Velan las armas de la primera gran batalla: libertarios vs. kirchnerismo

El debate en el Senado por la ley Bases enfrentará dos cosmovisiones económicas, dos modelos de país. El resultado definirá cómo serán los próximos años.

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Pingüinos y mastines ingleses. Primer enfrentamiento abierto entre kirchnerismo y mileísmo. | Pablo Temes

Será una batalla que se recordará por años. Y que marcará la historia política y económica del gobierno de Javier Milei. En parte, y sin exagerar, quedará en los libros en los que se contará la gestión del libertario. Y como aquellos combates que interesan no solo a los protagonistas y sus seguidores, sino también a independientes fascinados con la realidad del país, todos estarán atentos desde los instantes preliminares del gran cruce que se avecina. Todo comenzará esta semana. Concretamente el martes.

El tratamiento de Bases II en el Senado determinará el primer enfrentamiento ideológico abierto entre las dos fuerzas que hoy realmente debaten el futuro inmediato y de mediano y largo plazo del país. Por un lado el frente liberal- centroderecha que encabeza Javier Milei, pero que detrás tiene las fuerzas varias del PRO en todas sus versiones, el Cambiemos residual, parte del radicalismo y provinciales varios. Por el otro, el kirchnerismo, que considera la posibilidad de frenar el avance del proyecto que tiene media sanción en Diputados como la que quizá sea una de sus últimas oportunidades de redención política, con la alternativa de convertirse, nuevamente, en la referencia opositora inevitable y el custodio de las llaves del reino peronista hacia adelante. Pero también sabe el kirchnerismo que, de perder la batalla, podría representar algún tipo de Waterloo dentro del principal frente opositor, derrota de la que le costaría mucho levantarse.

Para el kirchnerismo, el debate acaso sea una de las últimas posibilidades de redención política

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Para Milei y su frente político implica la primera compulsa cara a cara con el pasado. Y en el terreno donde más fuerte se siente: el de la propuesta de transformación de la economía de la Argentina, un país que hace trece años no crece y se mantiene estancado en una vergonzante semiagonía. Siente que salir de esta crisis que ya parece interminable es el mandato que le dieron las urnas y, quizá, alguna fuerza superior. Y que la batalla que se avecina en el Senado será la primera oportunidad donde podrá exponer, y quizá vencer, a los exponentes de ese pasado. Si lo logra, creen en el frente libertario, se abrirán las puertas de la reforma general de la economía argentina que tanto ansía protagonizar. Si se frenara Bases II para siempre y cayera su propuesta máxima desde que llegó al poder, el 10 de diciembre (aún devaluada de la Bases original), saben desde el Ejecutivo y sus aliados que solo restaría pelear la gobernabilidad hasta, quizá, las próximas legislativas de 2025, donde, si el resultado fuera exitoso, podría pensarse en un recambio en Diputados y Senadores que le diera revancha futura. Y mientras tanto, solo le quedaría a Milei transitar sus primeros dos años de gestión en tenues reformas financieras y monetarias con la baja de la inflación y la liberación del cepo como únicas hazañas prometidas en campaña y logradas en el ejercicio del poder.

El kirchnerismo se juega su supervivencia ideológica. Perder en el terreno legislativo que más dominó desde su creación, en 2003, el Senado, sería el golpe más duro desde, quizá, la caída de la 125. Y representaría hacia adelante una derrota dura de remontar en un movimiento donde, especialmente en lo económico, hay más pasado que futuro. Más con los renovadores ideológicos que están al acecho en el frente interno. Bases II contiene misiles envenenados imposibles de soportar para la cultura kirchnerista. Para este bando de la batalla, hay tesoros invaluables del acerbo K incluidos en Bases II cuya eliminación sería imposible de soportar bajo las normas de la convivencia republicana, y cuya embestida libertaria debe enfrentarse con todas las armas disponibles. La sola enumeración de estos tesoros y su amenaza de eyección provocan escalofríos en las fuerzas kirchneristas. La moratoria previsional para amas de casa que no completaron o directamente no efectuaron aportes en su vida útil laboral fue lanzada por la propia Cristina Fernández de Kirchner en uno de aquellos megaactos en el Museo del Bicentenario, en septiembre de 2015. Fue presentada como un triunfo de la equidad en una jornada donde se entregaron unos 450 mil certificados de jubilaciones. La reforma laboral incluida en Bases II apunta contra dos ideas que siempre el kirchnerismo rechazó como la alternativa a crear más empleo: la disminución del costo laboral de indemnizaciones y la apertura a mayores tiempos de períodos de prueba. El proyecto que debatirá el Senado suma también la posibilidad directa de que Milei suprima organismos públicos de manera discrecional y durante un año. Sabe el kirchnerismo que pueden desaparecer, a fuerza de una resolución presidencial, perlas de su gestión como el Inadi y otras reparticiones que fueron creadas o transformadas a imagen y semejanza de la ideología propia. Y muchos militantes resistentes en las sillas y sillones de esas dependencias correrían suerte similar. Ni hablar de las privatizaciones. En la lista de sociedades del Estado a enajenar hay dos íconos del kirchnerismo manejador de empresas que, según la visión del partido opositor, fueron recuperados a fuerza de ejercicio de soberanía: Aerolíneas Argentinas y Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA).

Para Javier Milei y su frente político, implica la primera compulsa cara a cara con el pasado

La primera volvió formalmente a ser propiedad del Estado argentino en 2008 luego de su privatización, en 1990. La segunda en marzo de 2006, dando fin a la aventura de los franceses de Suez en el país con la exemblemática Aguas Argentinas SA. Las dos reestatizaciones dieron lugar a sendos juicios ante el Ciadi, el tribunal del Banco Mundial, una situación que, lejos de hacer pensar en el mecanismo reestatizador del kirchnerismo, solo le dio más fuerza para combatir más adelante a “los poderosos”. El capítulo final de esta política fue el juicio por la manera en que se renacionalizó YPF en 2012.

Así, desde el martes, comenzará un Mortal Kombat criollo. Que para el perdedor será una fatality. Tendrá más vidas, pero quedará tocado, quizá por mucho tiempo. Para el vencedor la situación será diferente. Los focos políticos se concentrarán en él.