El candidato a intendente de Salta Walter Wayar se ha hecho presa fácil de la chacota. Un video viral lo muestra bailando en ritmo de cumbia pero fuera de toda sincro una versión de Vuela, vuela, del grupo mexicano Magneto, que es a su vez reversión de Voyage, voyage, una cosa francesa del grupo Desireless. Es demasiada información en una sola frase. Busco como un antropólogo enajenado la cadena causal que puede llevar a este objeto para tratar de deducir si es en serio, si no lo es, o cuál es la dimensión entre ambas dimensiones en la que habremos de acostumbrarnos a ubicar la política. Me sumerjo en el video original, a ver dónde ha fallado Walter Wayar, si es que falla. En esta pieza pop, una chica rubia de raro peinado nuevo, que mira intenso y promete mil formas de sexo, se pasea en impermeable por un palacio donde unos burgueses (de verdad) miran diapositivas (lo juro), juegan cartas y se aburren. Verifico que la obra original es tan falta de gracia como la de Walter. Es incluso peor. La edición en los 80 estaba en pañales y la única novedad (que Walter revisita) es el descubrimiento de que para sostener un rato de música sólo había que disolver el significado para siempre en acciones estrafalarias más o menos divididas por compases.
Walter declara a La Gaceta de Salta que la idea de la publicidad bailando y con las consignas embutidas en la métrica de Voyage, voyage surgió en el carnaval. “Fui a comer a un bodegón cuando se armó una fiesta con música, lanza nieve y papel picado. Sin dudarlo, me puse a bailar. Cuando el publicista que me acompañó me vio, pensó que sería bueno armar un video que me mostrara distendido. Me lo propuso y no lo dudé”.
Pues harías bien en dudar un poco más de las cosas, Walter, si quieres ocupar el cargo al que aspiras.
La viralización del video luego condujo allí adonde van a parar todas las cosas: a Tinelli (nuestra rejilla, el punto más bajo de nuestro gran patio), que parece estar considerando invitarlo a bailar en su programa. Wayar ya fue vicegobernador de Salta, así que la cosa es más seria de lo que pensaba.
Tal vez esperando idéntico resultado, Miguel del Sel se pasea por Santa Fe haciendo chistes entre sus potenciales votantes. Yo no sé si el video es también de algún publicista beodo o de sus enemigos políticos, porque lo pescan siempre en falta: prometiendo pagar un asado a unos obreros si lo votan, burlándose de la maestra frente a los niños de una escuela pública o discutiendo con unos capataces cómo hacer para cambiar el auto cada año. Sospecho que en la época viral, la publicidad ya no tiene un “a favor” y un “en contra”, sino sólo un centimetraje y un montón de vistas. El ojo se acostumbra a todo, incluso a prescindir del juicio, y ésa es también una de las novedades del género videoclip que vinieron a inaugurar en la historia del arte (y de la mirada) los años 80, con su pasmo.
Ojalá ganen ambos candidatos y se tengan que fumar entre ellos en sus reuniones y bailantas.