El principal socio económico externo de Argentina, y de Córdoba en particular, irá a las urnas hoy para elegir a su próximo presidente. El país atraviesa una fuerte crisis política desde la destitución de Dilma Rouseff que se profundizó con el encarcelamiento del expresidente Lula Da Silva. La economía dio cuenta del golpe y cayó bruscamente entre 2015 y 2016. Para algunos analistas esa retracción fue del 7%. Todo un mazazo para la región y para las expectativas de ventas de una provincia como Córdoba, que adolece de “brasildependencia” para gran parte de sus productos. Con todo, el año pasado la economía de Brasil empezó a mostrar signos de recuperación. Este año dejará números positivos –se proyecta un crecimiento en torno al 1,5%- y algunas entidades de análisis que dependen de la banca brasileña se animan a dibujar un 2019 con un crecimiento aún más importante ¿Qué puede cambiar con esta elección?
Opción descarte. El candidato predilecto para los hombres de negocios en Argentina y en Córdoba tiene pocas chances de llegar a una segunda vuelta. Geraldo Alckmin es a quien mejor miraban los industriales de la región. Pero el exgobernador del estado de San Pablo y actual presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña está prácticamente fuera de carrera. Así, si no hay sorpresas, la presidencia será un choque de extremos o una “batalla de rechazos”, como dicen algunos analistas brasileños en referencia a la resistencia que suponen los candidatos.
En primer lugar, aparece el militar retirado Jair Bolsonaro, quien lidera las encuestas con un 31% de los votos y ganó popularidad con expresiones en contra de la corrupción y también con declaraciones polémicas y ataques hacia las mujeres, la comunidad negra y los homosexuales. La expectativa en materia económica se afianza más en lo que delegaría que en lo que encararía personalmente. El atractivo para el establishment radica en el equipo que lo rodea, economistas liberales que ven con buenos ojos los procesos de privatización para introducir cambios en el país.
Unos 10 puntos más abajo aparece el delfín de Lula y del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad. Ex alcalde de San Pablo y ex hombre de la banca (trabajó en Unibanco del Grupo Itaú), pese a los porrazos fiscales en su gestión, dio algunos guiños promercado al nombrar a ejecutivos del sector privado. Ninguno de los dos era, a priori, el preferido por los mercados, pero si los obligan a elegir, los industriales y hombres de negocio de Brasil, ponen sus fichas por Bolsonaro.
“El candidato que más afinidad tiene para los mercados, Alckmin, ya no tiene chances. Con eso ya entramos en una zona no ideal. Lo que quedan son posturas bastante extremas de derecha e izquierda y eso lleva a mirar un poco a quien pueda estar más cerca del centro. Creo que fuera de la campaña, donde se dice mucho para conquistar a los votantes, el candidato que tiene alguna ventaja, en términos de perspectivas para el mercado es Bolsonaro”, reflexiona Miguel Zonnaras vicepresidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba. “Es muy importante lo que suceda en Brasil por el impacto en el comercio, pero también porque un Brasil fuerte ayuda a generar estabilidad y atractivo para las inversiones en toda la región. Como Cámara, la posición es esperar, al margen de los resultados, que Brasil deje atrás sus crisis institucionales y consolide una senda de desarrollo a largo plazo”, marca Zonnaras.
Muchas dudas. Respecto de lo que viene, un trabajo del consultor y analista económico internacional Marcelo Elizondo advierte que todavía hay más dudas que certezas respecto de lo que harían los candidatos con mayor chance en caso de subir al poder. En su trabajo resalta que la dimensión de Brasil como mercado de destino de las exportaciones de empresas argentinas es muy significativo, ya que genera más del doble de dólares comerciales que los que aportan los segundos mercados compradores como son Estados Unidos y China. En ese contexto resalta que el comercio entre Argentina y Brasil fue mucho mayor entre 2011 y 2014 que actualmente y que la intensidad en el vínculo bilateral podrá recuperarse si ambas economías mejoran su performance.
“Lo importante ahora, ante la elección presidencial, es que Brasil pueda salir de un escenario de recesión y retracción que mantiene desde hace muchos meses. Dependerá para ello de quien gobierne y qué programa económico implemente. Un buen plan de gobierno económico de la nueva administración lo sería también. Y no está claro que los candidatos lo tengan”, plantea Elizondo.
Los ejes de Bolsonaro
En las últimas horas circuló un paper con un resumen de lo que serían algunas medidas de política económica externa de Bolsonaro. En el mismo se señala que “facilitar el comercio internacional es una de las maneras más efectivas de promover el crecimiento económico en el largo plazo. La evidencia empírica demuestra que los países más abiertos son los más ricos. Proponemos una reducción de las alícuotas de importación y de las barreras tarifarias y, en paralelo, nuevos acuerdos bilaterales internacionales”.
