En la última semana del año, los socios de Juntos por el Cambio dieron una fuerte señal de unidad, rumbo al escenario electoral. El brindis del Frente Cívico -con champagne y pan dulce- exhibió en la noche del martes pasado una foto que reflejó la voluntad acuerdista, más allá de las diferencias que persisten, pero que todavía no se traduce en “los papeles” de la alianza.
Los negociadores juecistas, radicales y amarillos coinciden en afirmar que “no hay apuro”, en cuanto a plazos que corren, y apuntan contra el gobierno de Juan Schiaretti por no dar a conocer la fecha en la que los cordobeses irán a las urnas para elegir a su sucesor y demás cargos provinciales.
Mientras todavía se escuchan los ecos de ese encuentro que reunió a la plana mayor de la dirigencia cambiemita, en torno a la figura de Luis Juez y Rodrigo de Loredo
-protagonistas de la puja interna por la candidatura a gobernador- sus interlocutores válidos con el arbitraje del PRO buscan arribar a una fumata blanca que destrabe la cuestión del reglamento de la interna.
La mesa chica de los juristas que representan a las tres patas centrales del armado opositor (UCR-De Loredo, juecismo y PRO) mantienen conversaciones casi a diario, aunque se intensificaron en la previa de año nuevo ante un documento que se fogonea desde la fuerza amarilla -con la camiseta de árbitro- que significaría arribar a un “punto de equilibrio” entre las demandas de Juez y de De Loredo.
En medio del tironeo con cierta desconfianza entre los dos principales referentes del armado aliancista, el PRO les pide a ambos “arriesgar un poco” y avanzar en la firma de la alianza con reglamento. En eso no hay vuelta atrás.
En los últimos días corrió un rumor de que la alianza se firmaría luego de que Juez mantuviera un diálogo cara a cara con Mauricio Macri. La relación entre ambos se tensó aún más tras la “bomba” que significó en la tropa local la cumbre que protagonizó el expresidente con el “enemigo”, el intendente y postulante del PJ, Martín Llaryora.
Desde la oficina macrista de Vicente López y en el círculo más próximo al líder del Frente Cívico se negó de plano esa supuesta condición que Juez habría demandado. “Ya pasó mucha agua bajo el puente” tras ese episodio, dijo un amarillo local. Por otro lado, sí es cierto que Macri apura la firma de la alianza con el reglamento incluido.
Punto razonable. En este marco, la mesa chica de juristas trabaja en el documento con el objeto de “encontrar un punto intermedio en donde los dos puedan aceptarlo”, confió un dirigente larretista cordobés con toma de decisión, quien se reunió entre jueves y viernes con espadas juecistas y radicales-deloredistas.
La discusión sigue girando en torno al grado de representatividad del mecanismo de encuestas (vinculantes) como paso previo que desactive la interna que quiere De Loredo, pero es rechazada por Juez al insistir en que “el diablo –el peronismo– meterá la cola”.
En el análisis de situación que hacen los “árbitros” del PRO, se advierte que el punto de inflexión que “destrabe la cosa” pasa por saber cuál es “el límite de riesgo” que ambos quieren aceptar sin “correr el arco” en la definición.
En el terreno de lo pragmático, eso implica que acepten un punto de equilibrio en donde haya encuesta pero también interna. “Un punto razonable de ambos lados”, reclaman los negociadores macristas-larretistas.
Verdades. Esta puja interna quedó en evidencia a la vista de todos al momento de los discursos del referente evolucionista y del líder del Frente Cívico en el brindis de fin de año que compartieron junto a los referentes radicales Mario Negri, Ramón Mestre y Oscar Aguad, y el histórico dirigente boina blanca Miguel Nicolás.
Del cónclave juecista ampliado a toda la “familia cambiemita” formaron parte los presidentes de las fuerzas políticas Javier Pretto (PRO), Marcos Carasso (UCR) y Leonor Martínez Villada (CC-ARI) y sus pares del resto de los partidos que conforman la coalición opositora. También dijeron presentes legisladores provinciales y nacionales, dirigentes partidarios y la representación de intendentes del Foro Radical, encabezada por Oscar Saliba y Ariel Grich, entre otros actores políticos.
Tras el mensaje coincidente de “unidad” de las autoridades partidarias que conforman JxC, De Loredo y Juez se dijeron un par de verdades sin ánimo rupturista, pero que marca el pulso de las diferencias que mantienen.
El radical convocó a sus socios a unirse en el “desafío” que implica una “responsabilidad inmensa” en construir “un futuro para Córdoba” y habló de la interna para dirimir candidaturas. En ese plano, puntualizó: “Si tenemos una vocación política sincera y humilde, y estamos juntos, no tengo ninguna duda -y si nos animamos también a competir con seriedad, con honestidad y con transparencia- le vamos a dar a Córdoba el futuro que se merece”.
En el cierre del encuentro, Juez llamó a sus socios a sortear el juego del peronismo en su fogoneo constante por dividirlos; “de ver cómo nos hace confrontar”, advirtió. A su vez, pidió “ser generosos” y “darse cuenta que ninguno de nosotros –individualmente– es más importante que el conjunto”, acentuó.
“No basta con decir que queremos estar juntos. Tenemos que estar juntos. No basta con reconocernos amigos, tenemos que ser hermanos en esta pelea”, aseguró el senador al dirigirse a los referentes y dirigentes del espacio aliancista.
El precandidato a gobernador enfatizó que dará la “pelea”, aunque aclaró que, si los números no le dan y hay alguien mejor posicionado, no antepondrá su aspiración personal a la del conjunto. “Yo voy a estar donde tenga que estar. Si no me tiene que tocar, no me tocará. Si hay otro mejor, le tocará al que esté mejor”, les dijo a los socios cambiemitas ante el pacto que mantiene con el radical evolucionista.