Con el objetivo de confirmar o no la circulación comunitaria de la variante Delta en Córdoba, un equipo de investigadores del Instituto de Virología Vanella, dependiente de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, estudiará las aguas residuales de la ciudad.
Desde el comienzo de la pandemia, el Instituto Vanella lleva adelante un monitoreo ambiental de SARS-CoV-2 en las aguas cloacales debido a que el virus se excreta en las heces. Pero a partir de este lunes profundizarán los estudios para encontrar a Delta y adelantarse a los próximos escenarios epidemiológicos.
Al frente del equipo que lleva adelante estos trabajos se encuentra Gisela Masachessi, quien contó que “una cosa es buscar las nuevas variantes en la clínica y otra es buscarlas en las aguas residuales. Esta técnica nos permite comprender qué virus están circulando en la población”.
En su edición del pasado domingo este medio informó acerca de la llegada de nuevos reactivos específicos para la identificación de variantes mediante la técnica de PCR. Estos reactivos serán una pieza clave en este trabajo que dará comienzo esta semana en la planta depuradora de Bajo Grande. La detección es predictiva de olas epidémicas y brotes aislados.
“Con los nuevos reactivos podemos aplicar la tipificación de variantes, también en las aguas residuales que están dando positivas para Sars–CoV-2. De esta manera podremos saber qué es lo que está sucediendo. Este estudio refleja la curva epidémica basada en casos clínicos y es predictiva. Cuando detectamos un positivo en cloacas nos anticipamos una o dos semanas a lo que ocurrirá con el virus, algo que ya pudimos comprobar tanto en la primera como en la segunda ola”, subrayó Masachessi.