El Centro Filatélico y Numismático de Córdoba funciona de manera ininterrumpida desde 1924 –hay en el país unos 25 centros filatélicos activos y un número similar de centros numismáticos– y sus últimos eventos han sido declarados de interés cultural, tanto por el Concejo Deliberante como por la Legislatura de Córdoba.
Fundada en un bar el 24 de diciembre de 1924, el centro funcionó mucho tiempo en la Galería Muñoz hasta que se mudó a una casa propia, ubicada en Achával Rodríguez 221.
Con la presidencia a cargo de Roberto Cappelletti, su objetivo es agrupar filatelistas y numismáticos –aunque también nuclean a otros coleccionistas– a quienes les ofrecen bibliografía y asesoramiento.
“Promocionamos todo lo que tiene que ver con este hobby. En la biblioteca incorporamos material permanentemente y asesoramos a los socios”, detalla el presidente del centro que aúna a 50 socios –aunque en Córdoba hay miles de coleccionistas en las dos disciplinas– y está afiliada a la Federación Argentina de Entidades Filatélicas (Faef) y a la Federación de Entidades Numismáticas (Fenyma).
Con estos dos pilares claramente marcados, la filatelia (estampilla e historia postal) y la numismática (monedas, billetes, medallas y fichas), el centro realiza exhibiciones de ambas disciplinas y organiza charlas específicas con eruditos. “La filatelia tiene una particularidad: los sellos empezaron a emitirse en 1840 y a fines del siglo ya había falsificadores de sellos y de piezas postales en todo el mundo. Entonces hay que estudiar cuál era el valor del envío de la carta en ese momento, ver las tarifas oficiales de países y si se correspondían o no”, detalla Gustavo Russo, expresidente del Centro y coleccionista.
Hoy, los medios electrónicos han disminuido el uso del correo, lo que ha repercutido en la filatelia. “El correo mismo ha suplantado las estampillas por las máquinas franqueadoras. Hoy se mandan pocas cartas o nada”, agrega Cappelletti.
“En filatelia existe la posibilidad de competir en exposiciones, donde se puede llevar una colección y esta es juzgada por árbitros y jueces que dan un puntaje; ese puntaje equivale a una medalla. e acuerdo a la cantidad de medallas uno puede ir participando en exposiciones de mayor nivel”, explican.
MIEMBROS. Integrantes de la Comisión Directiva y coleccionistas del Centro Filatélico y Numismático de Córdoba en su sede.
Exposiciones. Tanto las Federaciones como el Centro cordobés organizan y participan de exposiciones nacionales e internacionales. “El año pasado hicimos una exposición nacional en el Hotel Sussex y tiempo atrás una en Carlos Paz. Recientemente participamos de una en Buenos Aires, en el Centro Cultural Borges, donde estuvieron países de todo el mundo y hubo colecciones muy importantes. En la última exposición presentamos, además, nuestra revista y ganamos un premio por la publicación”, destaca Cappeletti.
Con una colección propia adquirida solo para fines didácticos, estas no solamente tienen un valor en lo económico: “En la exposición de la que participamos en Buenos Aires había colecciones muy caras, la de menor valor rondaba los 10 mil dólares”, cuenta Russo.
Para el filatelista José Cipriani, lo importante es el valor más allá de lo monetario: “Se habla de colecciones y valores pero el fin del coleccionismo es que es un pasatiempo. A veces la persona que quiere empezar a coleccionar escucha hablar de números y se asusta. Se puede hacer coleccionismo y filatelia de una forma económica, sin necesidad de ahondar en grandes colecciones, que se logran después de muchísimos años de dedicación y aprendizaje”.
Por su parte, Jorge Alberto Paniza, miembro de la comisión directiva y coleccionista desde hace 62 años, señala que hay grandes colecciones que monetariamente no valen nada pero que tienen un gran valor para quien las posee. “La estampilla más rara es la más cara. A tal punto que uno puede tener dinero para comprarla pero son tan poquitas que nadie te las va a vender. Con algunas monedas pasa exactamente igual”.
Así, la mayoría de los coleccionistas que se acercan al centro arman sus colecciones por diversión y no por inversión. “En Córdoba capital no hay en este momento ninguna colección que sea de altísimo valor como sí hay en Buenos Aires. En Villa María hay una, que vale mucho dinero, pero son casos puntuales. Lo destacable es que la filatelia tiene mucho de cultura porque una estampilla tiene la imagen de un prócer, entonces investigás quién es y qué hizo y eso te da un enfoque cultural. O ves fechas históricas, personajes, flora, fauna y empezás a investigar la historia de ese país a través de la filatelia”, señala Cappelletti.
Con una cuota anual de $800 y la ventaja de contar con local propio (además, están eximidos de impuestos al tener personería jurídica), el centro cumplirá 100 años en 2024 y será el encargado de organizar las Jornadas Nacionales en nuestra ciudad. “Le pedimos la fecha a la Federación de Entidades Numismáticas, que todos los años organiza las Jornadas Nacionales. Puede tocarle a cualquier provincia, según el centro que la solicite. Y como la sede se elige cada cinco años, nosotros ya pedimos que se realice en Córdoba para hacerla coincidir con nuestro centenario”, finaliza el presidente de la entidad.
RAREZAS. Las estampillas de 5 y 10 centavos, que son el emblema del centro son las más difíciles de conseguir. “La estampilla de 10 centavos la tiene un uruguayo y la de 5 casi no circuló", cuenta Russo.
La mujer y la filatelia
“Es muy raro ver a mujeres que coleccionen filatelia y numismática, pero tenemos una socia que forma parte de la comisión directiva. Por cada 10 hombres hay una mujer coleccionista”, dice Russo y agrega que la Secretaría de Cultura de La Rioja publicó el libro Mariposas de papel, de Graciela Nieto Ortiz, quien relevó la historia de la filatelia en Argentina. “En Venado Tuerto también hay una mujer que hace numismática; ella escribió dos libros sobre las mujeres que aparecen en monedas y billetes de todo el mundo. Uno de sus libros lo presentó en uno de nuestros eventos”, sostiene.
MONEDAS. La primera moneda patria, emitida en Potosí; el Patacón, la primera moneda nacional que desmonetizó a las que había en curso; y una moneda del Imperio Ruso de 1770, una de las más pesadas con 50 gramos de cobre. (Colección de Manuel Andión).
Los jóvenes: coleccionistas por herencia
Desde el centro señalan que los jóvenes se acercan y muestran interés, sobre todo en numismática. “En filatelia no tanto, porque al no circular las estampillas, la gente no las ve y al no verlas no se entusiasma. Los chicos que pueden aparecer por filatelia es porque tienen la colección del abuelo, del padre o de alguien de la familia. Son coleccionistas por herencia. Se entusiasman y se acercan para que los asesoremos. La filatelia antes cumplía un rol lúdico y hoy el chico tiene roles lúdicos mucho más divertidos a través de la tecnología”, explica Gustavo Russo.