Las medidas preventivas adoptadas para hacer frente a la pandemia de Covid-19 han puesto en jaque a la actividad hotelera que, según un relevamiento realizado en agosto pasado por el Ieral para la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT), presenta una “situación terminal” para casi el 50% de los establecimientos que consideran ‘probable’ el cierre definitivo.
Previo a la cuarentena, dice el estudio, “la actividad generaba el 7,2% de las divisas (US$ 5.200 millones, cuarto lugar después de los sectores oleaginoso, cerealero y automotriz) y es el cuarto también en la generación de empleos a nivel nacional: 7,1%, después del comercio al por menor, la educación y la construcción, con alrededor de 460.000 puestos formales, pero que triplican esa cifra (1,3 millones) si se incluyen dueños, informales y trabajo familiar”.
En el relevamiento participaron, por respuesta electrónica, 190 establecimientos, de los cuales un 43% pertenece a la categoría 4 *, el 19% son de 3 *, 18% son boutique y 15%, hoteles de 5 *. De ellos, el 92% se encuentra sin actividad desde el comienzo de la cuarentena.
El presidente de la AHT, Roberto Amengual, afirmó que “el 50% de los establecimientos encuestados está en una situación terminal, mientras que el 35% ya no posee capital de trabajo, el 15% posee autonomía de trabajo para un mes más y el horizonte termina en tres meses: el 17% cuenta con autonomía para dos meses y el 22% para tres meses¨.
Frente a la posibilidad de una eventual reactivación de la actividad, un 85% de los establecimientos encuestados manifiesta que cuenta con equipamiento adecuado para poder operar de manera segura; 95% cuenta con la infraestructura apta, y 97% dispone de protocolos aprobados para operar de forma segura.
Aún cuando el sector ya ha perdido 76.000 puestos de trabajo desde el inicio de la cuarentena, del estudio se desprende que el 47% de los establecimientos no ha suspendido personal en pos de seguir trabajando en la mejora del servicio.
En ese marco, el 94% de los hoteles encuestados solicitó ayuda para el pago de salarios; 52% suspendió inversiones programadas; 47% redujo salarios del personal y tomó créditos bancarios, y un 8% de los hoteles encuestados cerró definitiva y permanentemente su establecimiento.
Pero, además, se menciona que tres de cada cuatro hoteles encuestados no recibió apoyo de los prestadores de servicios públicos (agua, electricidad, gas) con la reducción de abonos o tarifas por consumo y el 59% no pudo negociar condiciones especiales con otros prestadores de servicios (telefonía, internet, TV cable, seguros, mantenimiento de instalaciones, cadenas u operadores hoteleros).
Expectativas
El 47% de los hoteles encuestados recibe un mix equilibrado de turistas nacionales e internacionales; el 30% recibe mayoritariamente turistas internacionales, y el resto se distribuye entre los que reciben mayoritariamente turistas de destinos nacionales y otro tipo de perfil.
Así, las estimaciones empeoran significativamente respecto de cuánto tiempo tomará la recuperación de un nivel de actividad prepandemia. Siete de cada 10 hoteles no espera recuperar un ritmo normal antes de los 12 a 24 meses. En mayo pasado, casi el 50% consideraba que la actividad se recuperaría antes de los nueve meses luego de la reapertura.
“Creemos que el turismo receptivo se va a recuperar recién en 2022. La caída en las expectativas hace que peligre la continuidad de muchos establecimientos. El año que viene la recuperación será muy leve, proyectamos un nivel de ocupación de entre un 15% y un 20%, cuando es necesario que esa tasa llegue al 40% para por lo menos hacer frente a los gastos operativos”, señaló Amengual.
Respecto de la eventual reconversión en otro tipo de actividad, el 45% no la considera posible y solo el 21% considera que podría reconvertirse en caso de mantenerse el escenario actual.
