Si nos resulta difícil contar cuántos integrantes tiene cada bloque en el Senado, la posibilidad de contabilizar los habitantes del país suena utópica, pero pese a todo el miércoles saldrán los censistas a realizar su tarea, munidos de credenciales, pecheras y una pomada para los calambres de dedo que puedan sufrir de tanto tocar timbres. Entre las 8 y las 18, al menos un habitante de la casa deberá estar disponible para responder el cuestionario, para exhibir el código si ya contestó las preguntas online, y para despacharse con todas las quejas acumuladas contra el gobierno, contra el FMI o contra las Naciones Unidas, como si la persona que trabaja para el Censo tuviera el mismo poder de He-Man.
Lejos de detenerse a esperar el feriado del 18 de mayo para protestar, miles de personas marcharon esta semana por “trabajo y salario”, otro tanto se desplazó hacia tribunales para solicitar “por la democratización de la Justicia”, y un nutrido grupo de ciudadanos se congregó en la sede de San Lorenzo para pedir que Tinelli haga efectiva su renuncia al grito de: “¡Marcelo, agachate y echá vuelo!”. Las movilizaciones desencadenaron el consabido caos vehicular en el microcentro cordobés, donde la única manera de engancharse en la onda verde era bajarse a comprar un paquete de acelga.
Este ambiente deliberativo se trasladó a la Cámara Alta del Congreso, donde el jueves se votaba el blanqueo para pagarle al Fondo, en una sesión en la que lo único blanqueado fue la vocación de ridículo que prima entre algunos senadores. La denuncia acerca de que una integrante del bloque del PRO había aprovechado para ocupar la banca de una legisladora oficialista mientras esta izaba la bandera, parece tomada de un sketch del profesor Jirafales. Quizás la presidenta provisional del cuerpo, Claudia Ledesma Abdala, debió haber empleado el clásico “!Ta ta ta!” para que se haga silencio en el recinto, más allá de que su intervención pudiera ser confundida con una cita a Víctor Hugo Morales.
A la vez que esto ocurría en Buenos Aires, desde Europa el presidente se encargaba de dejar sentada la postura Argentina sobre temas trascendentales de la política internacional, como la deuda externa, la escasez global de combustible y la interna del Frente de Todos, una conflagración en la que la OTAN aseguró no tener ninguna injerencia. Las probabilidades de que Volodimir Zelenski y Vladimir Putin se confundan en un fraternal abrazo serían hoy mayores a las chances de que Alberto y Cristina al menos se sigan en Twitter, según informó una agencia dedicada a medir la profundidad de las grietas ideológicas. “Mi pelea es con Macri”, aclaró por las dudas AF en Francia, donde de Argentina, la gente sólo conoce a Messi, Maradona, el Papa Francisco y Sampaoli.
Por si hiciera falta algún condimento más en este menjunje noticioso, el Indec dio a conocer el índice de precios al consumidor de abril, más esperado que los pronósticos de Miguel Flores en la película “Granizo”. Tal como había vaticinado Martín Guzmán, que por algo es el ministro de Economía, el porcentaje se clavó en 6 puntos, muy por debajo de los 7,4 que acumuló Alemania… en un año. Para celebrar que el incremento del costo de vida fue menor que el de marzo, aumentaron las naftas, se reducirán los subsidios a los servicios y se autorizaron subas en las prepagas y en las tasas de interés, no vaya a ser que nos relajemos y creamos que a la guerra contra la inflación la estamos ganando.
En la provincia de Córdoba, el índice que creció y mucho es el de la aceptación del gobernador Juan Schiaretti, quien según una consultora privada es el mandatario provincial con mejor imagen del país. Ni lerdos ni perezosos, a partir de este dato desde el PJ local propusieron ampliar las colectoras, pero no las electorales, sino las de la circunvalación, porque parece que rinden mejor en las urnas. En la misma consulta de opinión, Martín Llaryora también figura al tope entre los intendentes, algo que habría suscitado la atención de los aspirantes a sucederlo en el Palacio 6 de Julio, quienes propiciarían que además se consagre al mejor viceintendente, al mejor secretario de gobierno y al mejor secretario de transporte de todas las ciudades argentinas.
