Una de las gratas sorpresas que deparó la temporada veraniega de Villa Carlos Paz fue la obra Broadway en Vivo, en la que un grupo de talentosos músicos y cantantes deleitan al público con un repaso de las mejores obras de la mítica calle norteamericana. En ese marco, la mezosoprano cordobesa Cira Ferrero (28) logra emocionar con su privilegiada voz y la crítica especializada la distinguió con el premio Carlos a la mejor cantante de la temporada. En diálogo con PERFIL CORDOBA, Cira contó las sensaciones que vive tras un gran verano y analizó también las dificultades que atraviesan los artistas cordobeses para poder exponer su trabajo en el ámbito local.
—No debe haber sido fácil la decisión de traer a Carlos Paz un espectáculo que presenta musicales en inglés...
—Para nada. Realmente fue un riesgo porque no sabíamos cómo lo tomaría el público. Hoy podemos decir que fue una experiencia súperpositiva que se coronó con los premios que recibimos. En lo personal haber ganado como mejor cantante es muy alentador para mi carrera. Yo vengo trabajando hace muchos años y es una caricia al alma y una manera de sentir que estás haciendo las cosas bien.
—¿Cuándo nace su pasión por la música?
—En la comedia musical me inicie desde muy chica. Es algo que siempre estuvo dando vueltas en mi casa porque mi mamá es muy conocedora del género. A los 9 años inicie mi primer taller de comedia musical en inglés en el instituto donde estudiaba ese idioma. A los 12 años me empezó a interesar de manera más seria. En el teatro musical hay varias áreas: la actuación, el baile y el canto. Decidí formarme en las tres pero el canto se impuso. Ni bien terminé el secundario comencé en el conservatorio la carrera de canto lírico y hace unos cuatro años encontré a mi maestro de vida, Andrés Trento que es la persona con la que más aprendí y me hizo crecer. Hace un tiempo vino un prestigioso centro mundial de comedia musical con sede en Londres y Estados Unidos, hice el curso con ellos y luego hicieron audición para becar a algunos alumnos. Quedé en esa audición y aunque no viajé a seguir estudiando allí, es un gran logro haber sido elegida.
—¿La carrera de lírica es muy exigente?
—Sí, absolutamente. Es una actividad de alto rendimiento. La voz es un instrumento integrado en el cuerpo y el cuerpo debe estar sano para que esté bien ese instrumento. Uno tiene que cuidar la mente, el espíritu y todo se nota en la voz. Si estás mal, por más que hagas la misma técnica quedas expuesto. La alimentación sana es fundamental, es importante cuidar el sueño y hacer ejercicio físico. La ópera es muy exigente para el cuerpo y la madurez plena de la voz se alcanza a los 30 años.
—¿Son muchas las dificultades para acceder al público masivo por parte de los músicos cordobeses?
—Muchísimas. El teatro musical es una industria que en Córdoba no está explotada. No existe y eso hace que todo sea más costoso y te obliga a generar tus propios contenidos y autoproducirte. No hay donde audicionar. En Buenos Aires es reducido, en Córdoba es aún más complicado. Córdoba te enseña a ser creativo para mostrar lo que haces y eso afuera se valora mucho.
