Toda iniciativa de negocios tiene un momento crítico en el que debe atravesar su propio “valle de la muerte” hasta llegar al punto en que los flujos de ingresos y gastos se equilibran. Luego de eso, el proyecto puede escalar hasta convertirse en un unicornio -aquellas empresas valoradas en más de mil millones de dólares– o mantenerse como una modesta unidad económica de subsistencia.
Esta diferencia de potencial y de aspiraciones es uno de los factores que distingue a los emprendimientos por oportunidad de aquellos que inician un negocio por necesidad. Pero cualquiera sea el caso, el común denominador es la necesidad de apoyo en la etapa inicial del proceso, ya sea que se trate de financiamiento para poner en marcha el negocio, red de contactos, facilidades administrativas, logística, capacitación o incluso un consejo desde la experiencia.
El conjunto de instituciones públicas o privadas que prestan este tipo de apoyo en Córdoba es cada vez mayor. El soporte que otorgan pretende que ideas de negocios innovadoras florezcan en un entorno que permita su desarrollo hasta lograr que se integren a otras empresas más grandes o se emancipen por sí solas. Pero, paradójicamente, los proyectos de calidad para ser incubados escasean.
Daniel Calvo, presidente de la Fundación Gen Emprendedor, remarca la diferencia de perfiles y señala una “ralentización en el flujo de emprendedores por oportunidad que ingresan a las instituciones que incuban”. Apunta a la crisis como elemento disuasorio a la hora de encaminarse en un proyecto de alto riesgo. “Una tasa de interés del 70% como la que alcanzamos el año pasado imposibilitó salir a fondearse en el sistema financiero”, agrega.
Con los capitales optando por financiar al Tesoro antes que a una iniciativa sin trayectoria crediticia y con alto grado de incertidumbre, los emprendedores con proyectos innovadores y escalables quedaron excluidos del sistema financiero.
A ello se sumó el combo de inflación más recesión, que contrajo el consumo. En consecuencia, los incentivos para encarar un proyecto de alto riesgo prácticamente desaparecieron. De ahí que se activaron las redes de contención familiar o económica que este perfil de emprendedores tiene como garantía de sustento.
Una salida a la crisis. La contracara, por otras circunstancias, la muestran actualmente los emprendedores por necesidad. Se trata de personas que inician una actividad por cuenta propia para garantizar su sustento, luego de un despido o por el deterioro de su situación económica.
A finales de 2018, como parte de un paquete de políticas sociales, el gobierno provincial decidió ampliar los montos de los créditos que otorga el Banco de la Gente, asignando cien millones de pesos para ser entregados en 12 meses.
Las dos líneas de financiación más usadas asignan $10 mil y $22.500, pero solo ésta última se vincula directamente a la puesta en marcha de un micro emprendimiento. En lo que va del año la provincia ha difundido la entrega de $8.837.500.
Este tipo de emprendedores también recibe capacitación o algún tipo de acompañamiento técnico, pero su masividad impide un seguimiento personalizado. Los recursos generalmente se destinan a financiar la compra de herramientas o máquinas, por lo que el potencial de escalabilidad es muy bajo.
El protagonismo del Es tado provincial o municipal es fuerte a través del Banco, de otros organismos como la Agencia Córdoba Innovar y Emprender, o con su participación en la Fundación Incubadora de Empresas y el propio Ecosistema Emprendedor Córdoba.
Sin embargo, debería dar lugar, paulatinamente, a una mayor preponderancia de financiadores privados que intervengan en la etapa inicial con capital de riesgo a cambio de una participación accionaria en el negocio. Este mecanismo de inversores ángeles es aún incipiente en Córdoba.
El reto 2019. Daniel Calvo, quien además de ser presidente de la Fundación Gen Emprendedor también integra el Centro de Innovación y Emprendedorismo de la Universidad Católica de Córdoba, anticipó que para este año el desafío del ecosistema será captar más emprendedores de calidad, con nuevos incentivos. La innovación tendrá que empezar por casa.