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CóRDOBA
DERECHO A LA IDENTIDAD

Con 14 años, impugnó la filiación y un juez lo autorizó a cambiar el apellido

El ADN demostró que no era su padre biológico. El joven recibió en su casa a PERFIL CÓRDOBA para una entrevista en la que relató su proceso en primera persona.

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JUAN CAPPONI. Luce orgulloso su nuevo apellido. El juez que acogió su planteo ordenó suprimir Casafuz, el de quien asumió la paternidad. | Federico Rodriguez

Valentía, decisión, entereza. Son las cualidades que se advierten en Juan. Actualmente tiene 16 años, terminó el quinto año del secundario en el Instituto Inmaculada Concepción y juega al básquet con pasión. Está federado en el Club Matienzo de Villa Cabrera. De a poco está retomando la intensidad de los entrenamientos y la práctica del deporte, cinco días a la semana. La pandemia se lo impidió durante gran parte de este año.

Pero el 2020, un año atípico para el mundo, significará para este joven un paso más en la búsqueda de su identidad. El 17 de noviembre pasado, el juez de Familia Gabriel Tavip resolvió que Juan portará, de ahora en más, el apellido de su mamá y ofició al Registro Civil para que emita una nueva partida de nacimiento y un nuevo DNI.

Fue él mismo quien acudió en 2018 a los tribunales, para impugnar la paternidad del hombre que figuraba como su padre. Tanto él como su madre tuvieron la sospecha sobre la paternidad desde el momento en que ella quedó embarazada. Se habían casado en enero de 2002 y Juan nació el 23 de junio de 2004. Cuando tenía dos años se separaron y al año siguiente se divorciaron. El hombre se fue a vivir al sur del país y formó una nueva familia.

En los años posteriores, hubo contactos esporádicos entre el padre (así lo asumió desde que nació a pesar de la duda) y el niño; hasta que con seis o siete años, el pequeño no quiso verlo más.

Una advertencia. Le fue diagnosticado el síndrome de disfluencia (tartamudez). Cuando debía pronunciar su apellido, el habla se le trababa y no lograba expresarse con fluidez. Los equipos de fonoaudiólogos y psicólogos orientaron a la familia para que indagaran sobre un posible conflicto, enraizado en la paternidad irresuelta.

Hace dos años Juan pidió someterse a un examen de ADN y verificó que el hombre que lo asumió como hijo no era su padre. Con ese resultado en la mano afrontó, con el patrocinio letrado de Paola Dauria, una demanda de ‘impugnación de la filiación presumida por la ley’. En esa presentación expresó que sentía su “filiación y apellido legal como una carga”. Por esa razón pidió autorización para cambiárselo.

En el fallo, el juez Tavip analizó la capacidad del joven para accionar por sí mismo, por su corta edad para realizar un planteo de tal magnitud. Citó la Convención sobre los Derechos del Niño y el Código Civil argentino que dispone que “el hijo menor de edad puede reclamar a sus progenitores por sus propios intereses y sin previa autorización judicial, si cuenta con la edad y grado de madurez suficiente y asistencia letrada”. De ello surge con claridad el concepto de autonomía progresiva de niños, niñas y adolescentes reconocido por las leyes argentinas.

Incluyó los planteos del joven, declaró que no es hijo biológico del hombre que lo asumió como hijo y ofició al Registro Civil para que incluya las modificaciones pertinentes en el acta de nacimiento, dejando sin efecto la filiación paterna, suprimiendo el apellido y colocando el de la madre. Por último, ordenó emitir un nuevo DNI.

Tanto Mirna, la mamá de Juan, como su expareja, Sebastián, se allanaron a la demanda y lo acompañaron en su decisión.

UN MENSAJE A JUAN

Dejando de lado el lenguaje jurídico, el juez de Familia Gabriel Tavip se dirigió a Juan en su fallo, para explicarle el alcance de la resolución y la puerta abierta que queda por delante.

“A partir de ahora podrás dejar atrás lo que vos mismo definiste como una carga y comenzar a utilizar el apellido que mejor representa tu esencia e historia vital. Vas a poder sacar tu nueva partida de nacimiento y cambiar tu DNI, el que no dudo mostrarás orgulloso a todos los que te rodean. Celebro por eso. Pero en especial quiero destacar tu valentía, porque a tus 14 años decidiste iniciar vos mismo esta acción. Ello muestra tu madurez, convencimiento y decisión firme de reflejar tu verdadera identidad en cada uno de los aspectos de tu vida. Por suerte las leyes vigentes en nuestro país así lo permiten. Sin embargo, por otro lado, quiero hacer referencia a lo que expresaste en relación a no poseer por el momento necesidad de iniciar acciones legales a fin de establecer tu filiación paterna. Lo respeto y entiendo. No obstante, es mi deber recordarte que es tu derecho conocer tu realidad biológica y eventualmente a reclamar ello. A esta acción la podrás iniciar cuando quieras, en cualquier momento de tu vida”.

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GABRIEL TAVIP, juez de Familia.

JUAN CAPPONI: “Me sentí yo mismo por primera vez”

— ¿Cómo nació tu inquietud?

—Se generó cuando mi mamá me cuenta la historia. Me empiezo a interesar. Y le pregunto a ella si había una forma de saberlo.

—¿Cómo te sacaste la duda?

—Mi mamá habló con una abogada para saber qué se podía hacer. Fuimos a sacarnos sangre para el ADN y ahí se vio el resultado. Sebastián no era mi papá biológico. Comenzó el proceso para suprimir la paternidad. A él no lo sentía ni lo siento como mi papá.

—A la falta de vínculo con él, ¿la sentías desde antes?

—Sí. Cuando se fue a vivir al sur yo era muy chico, a partir de los 10 años la relación fue distante, perdí el sentimiento.

— ¿Qué sentiste cuando leíste el fallo del juez?

—Felicidad de que terminara este proceso. Por fin iba a tener el apellido de mi mamá, con el que me sentía bien. Básicamente, me sentí yo mismo por primera vez. No sé cómo explicarlo.

— ¿Qué te pasaba con el tema del apellido?

—Me sentía incómodo porque no me representaba. La duda sobre si era mi papá estuvo desde que nací.

—¿El problema de tartamudez estaba relacionado con esto?

—Cuando era más grande, se comentó que podía tener relación.

—Se cierra un primer capítulo: tenés la certeza de que él no es tu papá. ¿Vas a buscar a tu padre biológico?

—Desde la semana pasada lo vengo pensando. Pero quizás sea una posibilidad a futuro. Ahora no tengo intención de buscarlo.

—¿Compartiste con tus amigos este proceso?

—A veces se siguen equivocando de apellido. Me apoyaron mucho.