El Córdoba Convention & Visitors Bureau, entidad que agrupa a los organizadores de eventos y proveedores categorizados de la provincia, emitió un comunicado en el que expresa su “extrema preocupación” por el posible cierre del Sheraton Córdoba Hotel.
“Para el destino, implica perder una estructura 5* que ha prestigiado durante 23 años a la ciudad y ha facilitado el logro de numerosos eventos de nivel internacional. El daño colateral del posible cierre de uno de los hoteles con centro de convenciones más importantes de la provincia es incuantificable: implica la pérdida de potenciales eventos de nivel nacional e internacional en una ciudad en el que el Turismo de Reuniones representa casi el 25% del total de personas que visitan nuestra ciudad”, dicen desde el Córdoba Bureau.
A modo de ejemplo, la entidad pone de relieve eventos como la final de la Copa Sudamericana o eliminatorias de la Copa del Mundo, “que exigen que un destino tenga la suficiente capacidad en hoteles 5* para poder realizar los encuentros en la ciudad”.
Asimismo, su centro de convenciones, por su capacidad técnica, ubicación y aforo, lo convierte en un baluarte para la industria de reuniones de la ciudad, sostienen desde la entidad que preside Daniel Quinteros, añadiendo que “la industria de reuniones es un sector que se basa en la confianza y seguridad, de los destinos en general y de toda la cadena de proveedores. Solo la noticia del cierre generará un impacto negativo en la imagen de todo el destino y la pérdida de confianza de actuales y potenciales clientes”.
“Desde nuestra entidad, convocamos a las autoridades provinciales y municipales a atender esta situación que no solo pone en peligro a más de 100 fuentes de trabajo, sino que atenta contra la principal herramienta que tiene el destino para captar el Turismo de Reuniones y potenciar el crecimiento económico y productivo de la ciudad”, finaliza el comunicado.
Por otro lado, en las últimas horas se conoció la renuncia del gerente General del establecimiento, Daniel Juan, ante la situación planteada por los dueños del establecimiento. Las diferencia de la familia Álvarez Rivero, propietarios del hotel, con la cadena Marriot (titulares de la marca y la operación), radican en las pérdidas mensuales por mantener el establecimiento cerrado, que alcanza los $ 5 millones mensuales, y la imposibilidad de habilitar el 100% de la capacidad del hotel ante la pandemia por el coronavirus, hacen inviable el negocio. De allí, el planteo de cerrar el hotel y la renuncia de Juan a la gerencia.
